Subir a San Javier en la actualidad es una verdadera porfía entre los distintos tipos de transeúntes. Están los que suben a pie. Los que disfrutan del viento en la cara en sus motos. Los que van en sus vehículos particulares y los que se trepan al ómnibus para terminar haciendo un picnic en las alturas del cerro. Y, obviamente, no faltan los amantes de la bici que cualquier día de la semana se apoderan del camino a San Javier.

El romance de la bicicleta y este trazado comenzó hace mucho tiempo. Apenas se inauguró en la década en 1939, las bicis empezaron a rodar por el trazado que alguna vez un grupo de vecinos fue abriendo a machetazos. En esta pintoresca imagen del Archivo de LA GACETA se ve a un ciclista participando de una de las primeras competencias que se hizo en el camino que une Yerba Buena con San Javier.