El verano es sinónimo de días más largos, sol radiante y actividades al aire libre, aunque esa exposición prolongada a la luz solar, tan común durante las vacaciones, representa un riesgo significativo para la salud ocular.

Los ojos son órganos extremadamente sensibles, y los rayos ultravioletas (UV) del sol pueden causar daños irreversibles si no se toman algunas precauciones adecuadas. El oftalmólogo Fernando Luis Vidal Sanz, mencionó que, entre los efectos a corto plazo, se encuentran la irritación ocular (queratitis), mientras que a largo plazo, la exposición continua puede predisponer a enfermedades más graves como cataratas y degeneración macular.

Próspero Palazzo, jefe del Servicio de Oftalmología del hospital Avellaneda, añadió que en verano se incrementan las consultas por patologías como la conjuntivitis, que a menudo es contagiosa a través del agua de las piletas.

“Es fundamental acudir al oftalmólogo para recibir un tratamiento adecuado, especialmente porque algunas de estas infecciones pueden ser bacterianas o virósicas”, remarcó Palazzo.

Acerca de protecciones, controles y hábitos

1.Usar anteojos de sol con protección UV:
Los especialistas coinciden en la importancia de utilizar gafas de sol de calidad. Vidal Sanz enfatiza que los anteojos comprados en la calle o en puestos informales no siempre tienen los filtros necesarios para proteger contra los rayos ultravioleta. “Los anteojos deben ser adquiridos en ópticas, que certifiquen que cumplen con las normas de calidad y protección UV 100% y estén certificados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (Anmat)”, recomendó.

El doctor Palazzo, por su parte, destacó que las personas con miopía o astigmatismo deben contar con anteojos de sol recetados, si es necesario, para una protección adecuada.

2. Complementar con un sombrero o gorra:
Para mayor protección, usar un sombrero de ala ancha puede ayudar a reducir la exposición directa al sol en los ojos, especialmente durante las horas de mayor radiación (entre las 12 y las 16).

3. Mantener los ojos hidratados:
Durante el verano, los ojos tienden a resecarse por la exposición al viento, el sol y el aire acondicionado. “Es   importante utilizar lágrimas  artificiales o solución fisiológica para mantener los ojos hidratados”, sugirió Vidal.

4. Protección al nadar:
Las actividades acuáticas, como nadar en piletas o en el mar, exponen los ojos a cloro, agua salada y otros irritantes. Usar gafas de natación es fundamental para proteger a grandes y chicos de posibles infecciones y daños.

5. Evitar la exposición prolongada al sol:
Aunque muchas personas disfrutan de estar al sol, es importante no abusar de la exposición. Vidal recomienda descansar y buscar sombra cuando el sol esté en su punto máximo, para evitar daños a la vista como por ejemplo al mediodía o la siesta.

6. Controlar el tiempo frente a las pantallas:
Durante las vacaciones, los niños pasan más tiempo frente a las pantallas de dispositivos electrónicos. Vidal comentó que este exceso puede generar dolor de cabeza y ojos rojos. “Es recomendable que los niños utilicen lágrimas artificiales si sienten molestias y realicen chequeos anuales”, aconsejó.

7. Atención temprana en caso de molestias:
Si experimentás ojos rojos, dolor o una sensación de arenilla, es crucial tomar medidas inmediatas. “Lavarse los ojos con agua o solución fisiológica puede ser útil, pero si los síntomas persisten, es recomendable consultar a un oftalmólogo”, afirmó Vidal. No descuidar estos signos puede evitar que el problema evolucione a algo más grave, como una úlcera en la córnea.

Para culminar, Palazzo resaltó que en la Capital el consultorio de oftalmología del hospital Avellaneda cuenta con tres médicos los cuales atienden en el horario de 7.30 a 13 y algunos días a la semana también se atiende en horario vespertino. Para la obtención de turnos se debe concurrir al efector y solicitarlo.