Roberto González Marchetti - Psicólogo/Presidente de Feput

En las redes sociales se observan innumerables imágenes y videos que captan y congelan momentos de felicidad; algunos de ellos son editados. La pregunta es si son felices realmente.

En el ámbito interrelacional contar con un Android o smartphone no es una respuesta conductual compleja; tampoco es una entrada de estímulos naturales, sólo es una relación con un objeto, que termina cuando deja de estimular para producir significados, por ejemplo cuando paso de un video a otro de Tik Tok, o cuando debo interrumpir el consumo por otros motivos.

En el plano ínterrelacional la relación que se establece es interdependencia por naturaleza, lo cual las hace más dinámicas, como también intercambiables y más movilizadas de emociones. Cuando existe más tiempo de contacto con un objeto (teléfono) es una variable que nos indica que la capacidad para interrelacionarnos está disminuida o es inestable. Entonces, si las emociones son parte de la naturaleza humana, la búsqueda de felicidad tiene dos puentes: uno a partir del vínculo interpersonal, y el otro a través de un objeto, habiendo serias diferencias y consecuencia del costo de esa búsqueda.

Porque nos puede llevar, en el caso del objeto, a sustituir la realidad, y entrar en una dependencia problemática. Sin embargo, el vincularnos con personas, es difícil de predecir cómo nos irá y difícil de tener el control, a la vez que no es recomendable, porque a un objeto se puede apagar pero a una persona no se puede; queda en nuestra imaginación y memoria, estimulando más emociones. Por eso son profundas, dinámicas e inestables, pero no son frágiles, dado que al perder un vínculo necesariamente hacemos un proceso de duelo; y con una cuenta de una red social, podemos crear una nueva, y reemplazarla fácilmente, hasta escribir en la biografías datos que no dicen cómo somos realmente.

Volviendo al tema, existen personas que un momento de tristeza profunda, pasan más tiempo en consumos de redes sociales; pueden llorar ante el estímulo de fotos (editadas algunas), manteniendo ese estado de angustia, que si se agrega un consumo de alcohol o sustancias, puede llevar a consecuencias más complicadas que las del inicio.

La existencia de la IA como el el ChatGPT puede servir para esas personas atrapadas, porque pueden ayudar a poner en palabras su estado actual y solicitar ayuda, pero no podrá dar cariño, ni contención, como tampoco comprensión ni empatía, características esenciales del ser humano. Por eso recomiendo poder retroalimentarnos con los vínculos con otras personas, aunque sea mínimos, incluso con mascotas estimuladas afectivamente, porque podemos prevenir que cada vez existan menos personas tristes con fotos felices, dejándonos ser una generación artificial y solitaria.