En el juicio por las muertes de recién nacidos en el Hospital Materno Neonatal de Córdoba, el perito toxicológico Luis Ferrari presentó pruebas clave al detectar niveles letales de potasio e insulina en los bebés fallecidos. Ferrari, reconocido investigador de la Universidad de La Plata, descartó causas naturales y señaló que los valores encontrados eran "tremendamente sugestivos" de una inyección letal externa.
Según Ferrari, los niveles de potasio alcanzaban hasta 18 miliequivalentes por litro, y la insulina superaba las 21.000 microunidades por mililitro en uno de los bebés, cifras imposibles de explicar por procesos naturales. Además, los electrocardiogramas presentaban patrones típicos de la administración exógena de potasio, lo que refuerza la hipótesis de homicidio. El experto recordó que, en el ámbito forense, valores de insulina superiores a 1.000 microunidades por mililitro sugieren suicidio u homicidio, y subrayó que los bebés no pueden suicidarse.
El perito destacó que nunca había visto algo similar en sus 40 años de experiencia, comparándolo con casos de intoxicaciones masivas, como la cocaína adulterada con fentanilo. También descartó que los niveles detectados pudieran ser resultado de procesos postmortem o enfermedades endógenas, reforzando la teoría de una intervención externa. Además, los peritos neonatólogos hallaron hematomas y pinchazos no convencionales en los bebés, lo que sugiere la participación de una o varias personas en la administración de las sustancias.
Ferrari aclaró que su función se limita a presentar los hallazgos científicos y que la responsabilidad penal corresponde al tribunal. El juicio sigue avanzando con testimonios clave, mientras que la principal acusada, la enfermera Brenda Agüero, enfrenta cargos por cinco homicidios agravados y ocho intentos de homicidio en un proceso sin precedentes en Argentina.