Así como el inevitable paso del tiempo, entre las condiciones que pueden aumentar el riesgo de padecer alzheimer, el factor genético tiene relevancia. Aunque los genes no determinan que un hijo sufrirá de esta enfermedad, estos pueden aumentar las posibilidades. Sin embargo un estudio ha demostrado cuáles son las estrategias para reducirlas, incluso si se presenta riesgo hereditario. 

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Un nuevo estudio publicado en la reconocida revista Neurology destacó cuáles eran los consejos que podrían reducir la posibilidad de sufrir alzheimer, un trastorno cerebral que destruye lentamente la memoria y la capacidad de llevar acabo las tareas más sencillas. En la experiencia científica se sugieren siete hábitos capaces de reducir el riesgo, incluso cuando se está predispuesto genéticamente a padecerlo.

Los hábitos que ayudan a reducir el riesgo de alzheimer 

Según los autores del estudio, dirigidos por Adrienne Tin del Centro Médico en Jackson de la Universidad de Misisipi, estos siete factores de salud cardio y cerebrovascular ya se habrían tenido en cuenta por parte de la American Heart Association. Estos son los conocidos como el Life's Simple 7:

- Estar activo: realizar actividad física con regularidad.

- Comer mejor: llevar a cabo una dieta equilibrada.

- Perder peso.

- No fumar.

- Controlar la tensión arterial.

- Controlar los niveles de colesterol.

- Controlar los niveles de azúcar en sangre.

Si bien ya se conocía el vínculo entre estos hábitos y un menor riesgo de padecer demencia, resultaba una incógnita sobre si también lograban reducir esta predisposición aun cuando existían factores genéticos desencadenantes.

El estudio que demostró la influencia positiva de los hábitos saludables ¿cómo fue?

Para comprobar la efectividad en el factor de riesgo hereditario de estas rutinas, Tin y sus colegas analizaron datos de 8.823 personas con ascendencia europea y 2.738 personas con ascendencia africana, con una edad media de 54 años al inicio del estudio. Los participantes fueron sometidas a seguimiento durante un promedio de 30 años.

Al inicio del estudio todos los participantes informaron sobre su adhesión a los siete hábitos saludables anteriormente mencionados, los cuales fueron medidos con puntuaciones del 0 al 14. La puntuación más baja correspondía a nulas rutinas de bienestar y la más alta a una adopción de todos estos hábitos.

Los resultados, un menor riesgo en los grupos con factor hereditario

Por otro lado, al inicio del estudio también se calcularon las puntuaciones de riesgo genético mediante estadísticas de todo el genoma de la enfermedad de Alzheimer, que ya se ha utilizado previamente en estudios sobre riesgo genético de demencia.

Los participantes de ascendencia europea se dividieron en cinco grupos y los de ascendencia africana en tres grupos según su riesgo genético. El grupo con mayor riesgo incluía personas que poseían al menos una copia de la variante genética APOE4, asociada a la enfermedad de Alzheimer.

Los resultados fueron contundentes: por cada aumento de un punto en las puntuaciones de estilo de vida saludable, el riesgo de demencia se reducía hasta un 9%. Al comparar los grupos de mayor y menos riesgo genético en los participantes de ascendencia europea, se comprobó una reducción del riesgo de entre un 30-43% en el grupo de mejores puntuaciones de estilo de vida respecto a los de las menores. En el caso de los de ascendencia africana, la reducción fue de un 6-17% menos.

Fuentes: El Español