Por Oberdán Rocamora

Davis, perfil oculto de Trump

O a Javier Milei, el Panelista de Intratables, le va muy bien -y el país despega-, o le va «invariablemente mal», para mantener la rutina del estancamiento, versión cruel del retroceso.

Depende del nivel de antikirchnerismo en sangre que se porte. O se soporte.

Se lo registra con sonrisa de primer mundo y al lado de la infortunada corbata carmesí de Donald Trump.

O al costado del ministro Elon Musk con la eufórica motosierra de fantasía.

Cualquiera constata que Argentina se encuentra en el primer plano del reaccionarismo brutal de vanguardia.

Porque Milei y Trump representan la avanzada de la lucha innecesaria contra el progresismo.


El problema es que también se lo registra al Panelista con los deditos hacia arriba y el rostro perplejo, pero acompañado de Hayden Davis.

Otro americano del norte 50 años menor que Trump. Impulsor de la cripto superchería y portador de similares valores que retrasan.

Davis emerge como el perfil oculto de Trump.

Una moneda transitoria que unifica la causa perdida de la Batalla Cultural con la pasión antagónica del negociado.


Situación límite del Ángel

Al disruptivo Fenómeno Milei lo sostiene la opinión pública.

El gobierno transformador de consultores nunca diferencia la campaña electoral de la gestión.

Al contrario, la gestión forma parte de la campaña permanente.


En el rubro es donde basa precisamente Santiago Caputo su magnífica influencia.

En la rifa divisoria de proyectos electorales de la Consultora Nova le correspondió a Santiago ocuparse de la explotación del Fenómeno Milei.

Juntos tuvieron suerte. Tanta que Santiago se hizo, en la Consultora, infinitamente más gravitante y poderoso que Rodrigo Lugones.

Ambos consultores son discípulos incuestionables del pensador Jaime Durán Barba, El Equeco.


Rodrigo es el antiguo pesado de la Consultora que supo ser el jefe de Santiago.

Aparte es el hijo de Mario Iván Lugones, el ministro de Salud.

Ampliamente conectado don Mario con la casta de los radicales a través del inapelable Enrique Nosiglia, El Coti.

Y a la casta relativamente penetrable de los peronistas a través de Luis Barrionuevo, El Bandeja.


Pero Santiago dista de ser un iniciado. Ningún mero aficionado para improvisar.

Demasiado pronto ascendió a la categoría de vértice del Triángulo de Hierro, que ya viene tan golpeado como cuestionado.

Y con el hierro, para colmo, fundido. Con los otros dos vértices también castigados.


La señora Karina, La Pastelera del Tarot, soporta que vuelva a hablarse de la ruta del dinero K.

Sin tratar la aceptable ruta del dinero de la corrupción de Kirchner.

Es la ruta del dinero de Karina que garantiza la sucesión de próximos días tensos de incertidumbre.

Alude al comportamiento eventual de la funcionaria.


Mientras Eduardo Menem, El Lule Operador, y Sebastián Pareja, Gran Armador, le construyen el poder a Karina y todo funciona normalmente, se asiste a la enumeración cargada de loas.

La prueba de solidez de la templanza y del temperamento la brindan los momentos desfavorables. Pletóricos de desconfianza y de persecuciones.

Cuando se la acusa gratuitamente a Karina de «cobrar sobornos millonarios» que infortunadamente no se investigan aquí.

En la meca de los Estados Unidos, donde la dama ya viajó nueve veces para acompañar al hermanito que debe proteger.


Karina se encarga de construir La Libertad Avanza, el instrumento partidario.

Trasciende que es casi tan reticente como Santiago.

Juntos resisten la tentación cultural de asociarse con Mauricio, El Ángel Exterminador que procura conciliar. Pero como si todavía valiera 40 puntos. Cuando vale, en realidad, 7. Con suerte 8.


Probablemente la mera fotografía de Javier, el primer vértice, junto a la corbata carmesí de Trump, en otra circunstancia hubiera bastado para decidir un arreglo cualquiera. Un acuerdo al fin.

Pero la fotografía que más molesta es otra. La de Javier con los deditos hacia arriba, acompañado por Hayden Davis, El Coloradito.

La postal que rigurosamente espanta.

El Ángel Exterminador fue lo suficientemente explícito al sentenciar:

“Javier está descuidado y mal rodeado”.


Entonces Mauricio asume el laberinto de la situación límite.

Si es candidato o no. Como si alguien aún ignorara que le aburre espantosamente la actividad parlamentaria. O que la detesta.

Como si en la encrucijada algún sabio le dijera:

“Si querés ser jefe hay que jugar”.


No se trata solo del desafío impulsado por Jorge Macri, El Boga. El primo que despacha en el Maxiquiosco del Artificio Autónomo modificó la agenda política con el desdoblamiento electoral.

El Primo incita al Ángel, en efecto, a ser el candidato. Consciente de la posible derrota, del riesgo de ser expulsado por la historia.


Drama generacional del peronismo

La letalidad del año electoral no es apta para distraídos.

Peronista que se distrae, en el año impar, es peronista que pierde.

Circunstancias previsibles al ingresar al casino.


El Panelista combina las consagraciones, aunque sin siquiera asumir los daños involuntarios del fracaso.

Los elogios de Trump le resultan tan positivos como las fotografías de la corbata carmesí.

Pero no le garantizan la permanencia. Menos el éxito.

Le brinda el oxígeno indispensable. Pero la justicia americana del norte dista de tener contemplaciones.

Si trampeaste, fuiste.

O como dice el Panelista en su desborde:

“Si te gusta el durazno, bancáte la pelusa”.


El excesivo nivel de antikirchnerismo en sangre es extremadamente recomendable para participar en algunos canales de noticias.

Pero pese al ocaso de Alberto Fernández, El Poeta Impopular, poco faltó para que el peronismo volviera a ganar en la primera vuelta.

Y con el ministro de Economía como candidato. Sergio Massa, El Profesional.


El peronismo del “año par” 2024 se entretuvo con la ociosa pugna interna entre La Cámpora, adherida a La Doctora, contra Axel Kicillof, El Gótico. Gobernador de la Provincia del Pecado (por otra innovación de La Doctora).

Del mismo modo que Milei fue una creación sistemática del peronismo que supo, en la dinámica, emanciparse.

Hoy es El Gótico el que se emancipa.

En la plena edad del poder, Axel crea una nueva línea doctrinaria que en la Provincia del Pecado se veía venir.

Apoyado fervorosamente por los minigobernadores que, por instrucción de La Doctora, Axel debía controlar.


Desde Fernando Espinoza, Argentino Ledesma, hasta Jorge Ferraresi, Patriarca del Patria. O Mario Ishi, Toshiro Mifune.

Los minigobernadores particularmente afectados por la voracidad para el manejo de la lapicera de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora.

Por la pronunciada tendencia a copar sectores claves de la administración de las cajas.

Elementos valiosos, las cajas, que siempre originan las internas divisorias en la superstición del peronismo.


Con la corbata carmesí Trump fortaleció ineludiblemente la verborragia transgresora de Milei.

Pero también -para desconsuelo espiritual de Axel-, agravó la problemática generacional del peronismo.


Al margen del afán de transparencia que impulsa la utopía romántica de la Ficha Limpia, a los 78 años Trump fue candidato a presidente.

Como lo fue también Lula, en Brasil, con 75.

Entonces nadie puede sensatamente impedir que La Doctora sea candidata otra vez en 2027.

Cuando la muchacha tenga, apenas, 74.