Entrar a la universidad implica estudiar una carrera y adquirir una profesión: una decisión que se materializa en la obtención de un título. Durante siglos, ese diploma fue sinónimo de ser profesional o especialista, es decir, de disponer de herramientas valoradas por la sociedad y el mercado laboral. Esa creencia parece estar cambiando en función de un estudio realizado por la consultora porteña DatosClaros que reveló que más del 50% de los argentinos cree que contar con un título universitario ya no es tan importante como antes.
Los hallazgos de la encuesta
DatosClaros realizó el informe a partir de la consulta de 300 personas del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) en el mes de enero. De esos 300, el 55% contestó que el título universitario ya no tiene el mismo prestigio que tenía en el pasado, aunque el 58% consideró que la educación universitaria es la mejor que se puede recibir para una formación adecuada. En segundo lugar quedaron los que prefieren los cursos con salida laboral (19%) seguidos de los que se vuelcan por las tecnicaturas (8%) y de los que se vuelcan por la formación autodidacta (2%). Entre los jóvenes de entre 18 y 25 años, el 24% considera que estudiar una carrera y tener un título no es crucial ni importante para el desarrollo profesional. Además, el 56% de esa franja etaria considera más importante adquirir experiencia para aprender una profesión.
Una de las razones por las que el título universitario fue perdiendo prestigio es el contexto socioeconómico difícil. A medida de que este se hace más complicado, también retrocede la valoración universitaria, ya que las personas están más pendientes de encontrar una buena salida laboral que de continuar sus estudios.
“Las universidades públicas no se están adecuando (a la realidad). Mantienen las carreras más tradicionales, largas y formativas a nivel general, pero esto no es lo que están buscando ahora los jóvenes. Por el contrario, algunas universidades privadas se están dando cuenta de esto, y por ello sacan continuamente carreras nuevas, más cortas, más orientadas y con salida laboral”, observó Natalia Gitelman, directora general de DatosClaros.
Si bien el 80% de los encuestados considera que la universidad forma integralmente a la persona, la mayoría opina que se está “quedando atrás” en el ámbito laboral. El 67% de los jóvenes de entre 18 y 25 años estuvo de acuerdo con esta afirmación, mientras que la aceptación entre las personas de entre 36 y 45 años llegó al 90%.