Desde que el hombre logró viajar a la Luna, allá por 1969, la ciencia ha ido perfeccionando sus estrategias y tecnologías para viajar al espacio exterior con cada vez más frecuencia. Los desplazamientos espaciales son algo que apunta a volverse cotidiano en la vida de las personas: es el objetivo al que apuntan el proyecto Artemis y la empresa de Elon Musk, SpaceX.

Sin embargo, hay un problema que vino de la mano con los viajes espaciales y que hasta hace poco tiempo no era considerado importante: la basura espacial. Este término se refiere a los objetos creados por el hombre que ya no son útiles o quedan obsoletos, y que circulan por la órbita terrestre. Estos objetos van desde satélites descartados hasta naves espaciales abandonadas y escombros de misiones fallidas. Según la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), desde 1991 se dieron tres colisiones en la órbita de la tierra por culpa de los residuos. La agencia estadounidense pronostica que, con el paso del tiempo, las dificultades se irán multiplicando. Es por esto que la NASA anunció una recompensa significativa para quien logre dar una solución efectiva al asunto.

El proyecto Luna Recycle

Esta iniciativa consiste en invitar expertos y estudiantes para desarrollar tecnologías que sean capaces de reciclar los residuos durante misiones lunares, como envases de alimentos y ropa usada, hasta restos de experimentos científicos y componentes de equipos. Cualquiera puede presentar un proyecto, y la idea consiste en que los residuos se puedan reutilizar y sean de importancia para los astronautas para que disminuya la dependencia de los suministros enviados desde la Tierra, lo que a su vez recortaría costos y riesgos en futuras misiones espaciales.

Para incentivar la participación, la NASA ofrece una recompensa de hasta U$S 3 millones a quién pueda dar la solución más efectiva. El objetivo final de la agencia es reducir los desechos espaciales y en la Luna, y en el futuro poder expandirse hasta Marte y otros planetas del sistema solar. Los interesados pueden anotarse en el sitio oficial hasta el 31 de marzo y no es necesario cumplir con ningún requisito previo más que presentar un proyecto sustentable que pueda ser aplicado efectivamente en el espacio y en la Luna.