Mauricio Macri endurece su postura frente al gobierno de Javier Milei y refuerza su liderazgo en Pro en medio de tensiones por una posible alianza electoral. Durante un asado con dirigentes del partido en San Isidro, el expresidente expresó su desconfianza sobre las intenciones de los libertarios y criticó la falta de contactos formales entre ambas fuerzas. Mientras Milei habla públicamente de un acuerdo, Macri sospecha que el oficialismo busca debilitar a Pro y disputarle el electorado en la Ciudad de Buenos Aires.
El exmandatario también manifestó su enojo por lo que considera gestos de destrato por parte del Gobierno, especialmente en temas como la licitación de la Hidrovía y la avanzada de LLA en su bastión porteño. Aunque evitó confirmar una posible candidatura al Senado, aseguró que estará donde Pro lo necesite y respaldará la campaña de Jorge Macri en la Ciudad. La estrategia electoral del macrismo apunta a competir en soledad y consolidar su identidad política frente a la amenaza libertaria.
Dentro del partido, persisten diferencias sobre la relación con Milei: mientras algunos dirigentes defienden la idea de negociar una alianza, otros buscan fortalecer la independencia de Pro. En Buenos Aires, referentes como Cristian Ritondo y Diego Santilli presionan para alcanzar un acuerdo con los libertarios con el objetivo de frenar al kirchnerismo. Sin embargo, la creciente tensión entre Macri y el oficialismo complica las chances de un entendimiento, y la interna dentro de Pro sigue abierta.
Macri planea recorrer el país en los próximos meses para consolidar su posición y medir su impacto en la escena política. Aunque su electorado apoya el rumbo económico del Gobierno, él busca posicionarse como un garante del cambio sin resignar su agenda programática. En su entorno creen que los errores del oficialismo, como el escándalo de la criptomoneda $LIBRA y las disputas con la Corte Suprema, podrían debilitar a Milei y fortalecer la figura del expresidente.