Cada 10 de marzo, la Iglesia Católica recuerda a diversos santos y beatos que dejaron una huella en la historia de la fe. Entre ellos, se destaca San Macario de Jerusalén, obispo que desempeñó un papel clave en la expansión del cristianismo y en la construcción de la Basílica del Santo Sepulcro.
San Macario de Jerusalén, líder en tiempos de cambio
San Macario fue obispo de Jerusalén en el siglo IV, en una época marcada por la consolidación del cristianismo tras la legalización de la fe bajo el emperador Constantino. Se le atribuye una participación fundamental en la búsqueda de la Vera Cruz, la cruz en la que fue crucificado Jesús, junto a Santa Elena, madre del emperador. Además, bajo su gestión, se inició la construcción de la Basílica del Santo Sepulcro, uno de los templos más sagrados del cristianismo.
Otros santos y beatos del 10 de marzo
Además de San Macario, la Iglesia recuerda en esta fecha a otros santos, como los mártires Papas y Alejandro, quienes murieron defendiendo su fe en los primeros siglos del cristianismo. También se conmemora a San Simplicio, papa, quien gobernó la Iglesia entre los años 468 y 483, en tiempos de crisis tras la caída del Imperio Romano de Occidente.
Devoción y legado
El santoral del 10 de marzo nos invita a reflexionar sobre la fortaleza y el compromiso de aquellos que, a lo largo de la historia, han mantenido viva la fe a pesar de las adversidades. Sus vidas son ejemplo de entrega y perseverancia, valores que continúan inspirando a los creyentes en la actualidad.