El grupo Guerrilla Girls abrió su primera exposición comercial en una galería de Nueva York y una de sus integrantes ratificó que “el mercado sigue siendo el dominio de los artistas masculinos famosos”. “El mundo del arte discrimina a las mujeres y a las personas de color”.
Guerrilla Girls nació hace 40 años y figura en todos los libros de historia del arte, alrededor del mundo.
El grupo de artistas activistas feminista lleva décadas luchando contra la discriminación de las mujeres en el mundo del arte, pero ni siquiera ellas esperaban que semejante disparate siguiera existiendo hoy en día.
Sus acciones llevan el título de esta nueva muestra: “Discrimi-NATION”, en la galería Hannah Traore en el Lower Est Side.
Una de las primeras cosas que hicieron las Guerrilla Girls fue contar, simplemente.
Querían averiguar cuántas exposiciones individuales de mujeres se celebraban en los principales museos de Estados Unidos, cuántas artistas femeninas exponían en las galerías y cuánto les pagaban. Y los resultados fueron alarmantes. Los publicaron en carteles, pegatinas y folletos y fueron las primeras en denunciar públicamente la discriminación sexista en el mundo del arte.
Clandestinas
Todas ellas actúan de forma anónima, para evitar que su activismo afecte a su carrera y permitir que su mensaje permanezca en el foco de atención. Ocultan su identidad bajo una máscara de gorila; son clandestinas. Además de las máscaras de simios peludos, cada una de las Guerrilla Girls se preserva utilizando el nombre de un artista famoso. Las fundadoras utilizan los seudónimos de Käthe Kollwitz y Frida Kahlo, por ejemplo.
Precisamente Kollwitz contó sobre esta exposición que “nuestro trabajo no es el tipo de cosa con la que una galería pueda ganar dinero, nuestros carteles se venden por 30 o 40 dólares y eso no va a hacer que una galería sobreviva”. “No nos hemos resistido a exponer en galerías comerciales, simplemente no estaban interesada en nosotras. Las atacamos”.
La discriminación y los derechos en la salud: la posición de una abogada especialistaUna mañana de 1985, los habitantes del centro de Manhattan se despertaron y descubrieron que habían vandalizado muros, quioscos y vallas de obras con información. Los carteles proclamaban: “Estas galerías no muestran más del 10% de mujeres artistas o ninguna”, y nombraban a los infractores, describe la revista Vogue.
Todo comenzó el 14 de junio de 1984, cuando se hizo una protesta frente al Museo de Arte Moderno, donde había una exposición de 169 artistas, de los cuales sólo 13 eran mujeres y aún menos artistas de color.