Cada 11 de marzo, la Iglesia Católica recuerda a San Eulogio de Córdoba, un sacerdote y mártir del siglo IX que murió por defender la fe cristiana durante la dominación musulmana en España.

 Fue un ferviente defensor de los cristianos perseguidos en Al-Ándalus y escribió sobre la vida de otros mártires de su tiempo. En el año 859, fue decapitado en Córdoba tras negarse a renunciar a su fe. Su valentía y compromiso con la Iglesia lo convirtieron en un símbolo de resistencia y fidelidad.

Junto a San Eulogio, en esta fecha también se conmemora a Santa Áurea de San Millán, abadesa española conocida por su vida de oración y caridad, y a San Sofronio de Jerusalén, patriarca y teólogo del siglo VII, reconocido por su lucha en defensa de la doctrina cristiana frente a las herejías de su época. Estos santos, cada uno en su contexto histórico, dejaron un legado de fe y entrega que aún inspira a los creyentes.