Anualmente, con la llegada de las lluvias Tucumán enfrenta constantes inundaciones. A pesar de los estudios realizados hace décadas, las soluciones estructurales aún no se han implementado. El último temporal, ocurrido el sábado pasado, generó anegamientos, cortes de luz y evacuaciones en distintas zonas del Gran Tucumán. En sólo cuatro horas, cayeron 130 mm de agua, casi igualando el récord histórico de 134 mm para marzo.
Estos eventos extremos están directamente relacionados con el cambio climático. Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), en 2024 la temperatura global aumentó 1,5 grados respecto de los niveles preindustriales, lo que ha intensificado la frecuencia y severidad de fenómenos meteorológicos, incluidas precipitaciones más intensas y menos predecibles. Tucumán ya ha sufrido eventos similares, como las inundaciones de 2015 en ciudades como Juan Bautista Alberdi.
Alejandro Diego Brown, doctor en Ciencias Naturales y presidente de la Fundación ProYungas, advirtió en comunicación con LA GACETA que la falta de planificación urbana y la alteración de los cursos de agua agravan el problema. “Estos eventos van a seguir ocurriendo. No me sorprendió la lluvia porque estamos en un período de precipitaciones, pero sí me preocupó ver una ciudad poco preparada. Era un caos, y además peligroso”, señaló.
Capacidad de drenaje
Tucumán forma parte de la Cuenca del Río Salí, una de las tres principales de la provincia. Con el tiempo, sus ríos y arroyos han sido modificados por la expansión urbana y la pérdida de bosques, reduciendo su capacidad de drenaje. “La pendiente del terreno ayuda a que el agua escurra rápido, pero sin un sistema de drenaje eficiente, todo colapsa. Por suerte gran parte de las cuencas en las montañas están muy bien conservadas, porque sino esta situación sería más compleja”, explicó.
Tormenta en Tucumán: unas 60 escuelas quedaron sin clases presencialesEn relación con los problemas urbanos y el cambio climático, Brown aclaró: “La deforestación puede ser importante vinculado con el cambio climático, pero ni la lluvia ni los problemas urbanos hoy tienen que ver. Hay que destacar que hoy hay más bosques que hace 50 años en las montañas”. Frente a este escenario, destacó la necesidad de adaptación. “Con o sin cambio climático, esta región siempre tuvo variaciones extremas. No hay que sorprenderse, hay que actuar”, concluyó.