Mika Takishima tiene 94 años y es el ejemplo de que nunca es tarde para empezar a practicar actividad física. La entrenadora empezó a ejercitarse después de los 60 por una necesidad relacionada a su salud: los médicos le indicaron que se había excedido en 15 kilos, por lo que debió tomar medidas.

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Luego de haber logrado su objetivo, Takishima continuó dedicándose a la actividad física. “Es extraño, pero me lancé de lleno. Creo que había una parte de mí a la que le gustaba hacer ejercicio”, contó Takishima, que es una inspiración para las personas de la tercera edad.

Cuatro ejercicios para mantenerte en forma después de los 50

Dos décadas después de haber incursionado en la actividad física, Takishima empezó a ejercer como entrenadora fitness. Incluso publicó su propio libro, el Método Takimika, en el que explica cómo “envejecer con energía”. Estos son cuatro de los ejercicios que la nonagenaria recomienda.

Sentadilla en equilibrio

1. Separá las piernas a la altura de la cadera

2. Bajá las caderas hasta formar un ángulo de 90 grados con las rodillas

3. Desde esa postura, y sin doblar la espalda, elevá una pierna. Sostener el equilibrio unos segundos

4. Repetí con la otra pierna

Libélula

1. Colocá las piernas separadas al ancho de tus hombros

2. Incliná tu torso hacia adelante, hasta que quede en paralelo al suelo y contaré el abdomen

3. Elevá los brazos ligeramente hacia los lados, como si movieras un par de alas, hasta que queden a la altura de los hombros

4. Repetí durante un par de minutos

Reverencia

1. Colocate en posición de cuadrupedia con las manos y las rodillas apoyadas en el suelo y separadas a la altura de los hombros

2. Felxioná los codos formando un ángulo de 90 grados mientras bajás el tronco poco a poco hasta que tu cara quede muy cerca del suelo

3. Mantené la postura unos segundos y volvé al inicio

4. Repetí durante un par de minutos

Rodillas al pecho

1. Acostate boca arriba con los pies en el suelo y las rodillas flexionadas

2. Colocá las manos bajo los glúteos y mantené la cabeza elevada sin forzar el cuello

3. Elevá lentamente las rodillas hacia el pecho manteniendo firme la posición. No podés tocar el suelo con la espalda

4. Repetí durante un par de minutos