Nunca lo hubiera imaginado que sería tan fácil. Hablo de la ayuda recibida para dar comienzo a este comentario. Es un derroche de conceptos claros y de una escritura que orilla la perfección en el tema a desarrollar ¿qué es un argentino?  Y la razón es porque no lo escribí yo: usé los razonamientos de un filósofo que nos conocía porque estuvo entre nosotros. No importa que lo haya opinado allá por la década del ‘30 del siglo pasado. Nada perdió actualidad. Por el contrario están más vigentes que nunca. “El argentino no suele ser lo que realmente es, sino que se ha trasladado a vivir dentro del personaje que imagina ser.”  Veintidós palabras le bastaron a José Ortega y Gasset para trazar una radiografía de nosotros. Y su mirada no termina allí sino que se sumerge aún más para llegar a la conclusión que “el individuo argentino no llega a un puesto, oficio o rango por una necesidad interna, en virtud de un pasado de preparación y esfuerzo, sino más bien que se encuentra súbitamente dentro de él. No hay adherencia entre el individuo y su figura social. El argentino resbala sobre toda ocupación y vocación. No se trata de que esté mal dotado, sino que no se ha adscripto nunca a la actividad que ejerce, no la considera definitiva sino como una etapa transitoria para avanzar en su fortuna y en jerarquía social.” Tuvo que venir un intelectual español para poner las cosas en su lugar. Si analizamos “no suele ser lo que realmente es, sino que se ha trasladado a vivir dentro del personaje que imagina ser” viene como anillo al dedo para describir a un presidente como Milei a quien el mundo ve como a un desquiciado, vengativo, mal educado, grosero, estafador y ordinario entre cosas mientras que él prefiere vivir dentro del personaje que imagina ser: el mejor presidente de la historia argentina y un líder mundial que despierta asombro por su intelecto y gritos histéricos por igual. Vaya contraste. Ahora si tomamos esta otra parte de una de sus apreciaciones: “el individuo argentino no llega a un puesto, oficio o rango por una necesidad interna, en virtud de un pasado de preparación y esfuerzo, sino más bien que se encuentra súbitamente dentro de él”, también describe magistralmente al actual jefe de gobierno porque de invitado a los más variados programas de televisión en donde se despachaba a su antojo “urbi et orbi” contra el mundo de un día para el otro su figura, la de un “outsider” que vive aparte, al margen de la sociedad y que no pertenece a la política se transformó con votos prestados, ya que su partido es un rejunte de dirigentes del outlet, y por un balotaje en presidente del país. Menos mal que Ortega y Gasset no pudo ver hechos realidad sus pensamientos porque no sé qué decisión hubiera tomado el filósofo.

Jorge Carlos Álvarez                             

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