Aunque su vida útil parezca terminar después de preparar una infusión, el clásico saquito de té todavía tiene mucho por ofrecer. Lo que muchas personas desechan sin pensarlo podría convertirse en un aliado inesperado para el hogar y el bienestar personal. Basta con guardarlo en un lugar estratégico: la heladera.
Sándwich de tres ingredientes de papa y queso: sin harina, rico y saludableSí, aunque suene extraño, colocar un saquito usado en el refrigerador puede traer más de una ventaja práctica. Esta costumbre, cada vez más popular en redes sociales y validada por algunos especialistas, transforma un simple residuo en un recurso útil y ecológico.
¿Cuáles son los beneficios de guardar el saco de té en la heladera?
La razón principal para guardar los saquitos de té usados en la heladera es su capacidad para absorber olores. Al igual que el bicarbonato de sodio, los saquitos de té pueden neutralizar esos aromas desagradables que a veces se acumulan en el refrigerador.
Esto se debe a que contiene taninos y compuestos que ayudan a neutralizar los aromas fuertes, como el ajo, el pescado o el de los quesos. Lo ideal es dejar secar un poco la bolsita y ubicarla en un rincón de la heladera.
Cualquier tipo de té es útil para este truco, aunque los más recomendados son el té negro y el té verde, ya que contienen una mayor cantidad de taninos.
¿Qué otros usos tienen los sacos de té?
Los sacos de té usados no solo son útiles en la heladera, sino que pueden servir también para limpiar superficies de vidrio o espejos, gracias a sus propiedades astringentes. Por otro lado, si tenés plantas en casa, podés usarlos como fertilizante natural, ya que aportan nutrientes al suelo.
El saquito de té fue inventado por accidente a principios del siglo XX. En 1908, el comerciante neoyorquino Thomas Sullivan comenzó a enviar muestras de té en pequeñas bolsas de seda.
Sus clientes, en lugar de abrirlas, colocaban directamente la bolsita en agua caliente. Al notar su practicidad, Sullivan perfeccionó el diseño y lo convirtió en un producto comercial. Desde entonces, el saquito revolucionó la forma de consumir té en todo el mundo.