Inter Miami y Palmeiras jugaron un gran partido en el cierre de la fase de grupos del Mundial de Clubes. Las “Garzas” ganaban 2-0, pero el “Verdao” terminó empatando el partido para quedarse con el primer lugar del grupo A. Tras el pitazo final, Lionel Messi tuvo un gran gesto con Estevao Willian, la gran joya del equipo brasileño.
Con apenas 17 años, el delantero brasileño es uno de los grandes proyectos del fútbol de su país. Ya lleva 81 partidos y 26 goles en Primera, y su gran nivel lo llevó a ser apodado “Messinho”. Ahora, tuvo la oportunidad de jugar contra el astro argentino, a quien tiene como referente.
Tras el final del partido, en la zona de vestuarios, Estevao intercambió camisetas con el capitán de la Selección Argentina, que hoy está cumpliendo 38 años.
“Me temblaban las piernas al principio del partido, pero en cuanto vi a Messi sentí una gran sensación. Es mi ídolo y mi referente. Es una experiencia que jamás olvidaré y fue un placer absoluto compartir el campo con él”, expresó Estevao.
Cumpleaños de Messi: la insólita historia de su paso por Tucumán
Cada 24 de junio, el mundo se rinde a los pies de Lionel Messi. Es que ese día, el rosarino celebra su natalicio, sucedido en 1987. Casi exactamente dos años atrás, el rosarino causó revuelo al pasar por Tucumán.
El sábado 24 de junio, “Leo”, que todavía no tenía definido su futuro tras dejar PSG, estuvo en Rosario para el partido despedida de Maximiliano Rodríguez, ídolo de Newell's. Y un día después, jugó en La Bombonera durante el partido despedida de Juan Román Riquelme.
Tras esos compromisos, el capitán de la Selección emprendió rumbo a Bahamas, junto a su familia, para pasar sus vacaciones. Sin embargo, en el medio, tuvo un paso por el “Jardín de la República”.
En concreto, Messi estuvo en Tucumán entre las 23:15 y la medianoche de ese domingo 25 de junio. ¿La razón? Su avión privado, un avión Challenger, aterrizó en el aeropuerto Benjamín Matienzo, para una escala técnica de combustible, y luego continuó viaje rumbo a Nassau, capital de Bahamas.
Durante el momento en que Messi aterrizó, la pista se encontraba en perfectas condiciones. Apenas horas después, una densa niebla obligó a suspender despegues y aterrizajes, situación que se normalizó con el correr del día.