A los 56 años y totalmente consagrada, Jennifer Aniston se animó a hablar de algo que no siempre se menciona entre celebridades: el agotamiento. En una entrevista reciente con People, la estrella de "Friends" y "The Morning Show" reconoció que se considera “un poco adicta al trabajo” y que está buscando formas de contener ese hábito.
Durante años, Aniston fue el ejemplo de constancia y éxito en Hollywood. Pero ahora, en una etapa más reflexiva, confesó que no logra equilibrar su vida personal con el ritmo profesional. “Es tan importante, lo sé, pero no soy buena en ello”, admitió.
En ese camino de reencontrarse con el descanso, la actriz dijo que sueña con días sin agenda, sin reuniones, sin llamadas. “Un día perfecto es una hoja en blanco. Ahí es cuando puedo decidir qué quiero hacer de verdad”, explicó.
Entre risas, reveló que incluso está intentando usar respuestas automáticas para sus correos, con mensajes como: “estoy fuera para siempre. Llamame en diciembre”. Aunque en broma, su deseo de desconectarse es real. “Estos últimos años fueron realmente intensos”, reconoció, en referencia a proyectos como "The Morning Show".
Una reflexión sobre el éxito
Aniston también compartió una reflexión que toca a muchas personas jóvenes hiperproductivas: “nuestro trabajo tiene rendimientos decrecientes si no vivimos experiencias reales”. Para ella, el verdadero equilibrio no está sólo en los éxitos profesionales, sino en lo que pasa fuera de ellos.
Jennifer Aniston, símbolo de éxito y resiliencia en la industria del entretenimiento, hoy pone en palabras algo que muchas personas sienten, pero no siempre se animan a decir: a veces, hay que aprender a parar. Su testimonio no sólo humaniza a una estrella, sino que también invita a repensar la idea de productividad sin límites.