Con apenas nueve ediciones en las alforjas, el Festival Internacional de Literatura Tucumán (FILT) ya es un clásico hecho y derecho. La comunidad cultural del NOA lo tiene en agenda y el encuentro no defrauda, por lo intenso de su convocatoria y por la calidad de las voces que lo pueblan. María Moreno, Ariana Harwicz y Mariano Llinás encabezarán la cartelera este año, muy bien acompañados por un amplio grupo de figuras nacionales y regionales. Con los tucumanos a la cabeza, claro.
La cita será entre el 25 y el 27 de julio, como es habitual con la organización de Blas Rivadeneira, de Sofía De la Vega y de Ezequiel Nacusse, respaldados por la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) y por nuevos actores que van sumándose a la propuesta, porque si bien la financiación nacional ha quedado en suspenso van apareciendo aportes valiosos. Como dice Rivadeneira: “todo suma”.
“El festival se hace en las instalaciones del Munt (Museo de la Universidad Nacional de Tucumán) porque forma parte del Julio Cultural Universitario. Todo transcurre ahí, en ese patio hermoso que tiene el museo”, explica Rivadeneira, Doctor en Letras, docente y escritor. Mientras, De la Vega y Nacusse mueven hilos en Buenos Aires. “También hay una noche más festiva en la Facultad de Derecho, que ya es un clásico de los últimos festivales. Ese será el sábado 26”, añade.
El FILT se destaca por convocar autoras y autores consagrados que representan distintas generaciones, estilos y geografías. Algunos nombres fueron anticipados por las redes sociales y Rivadeneira los fue analizando.
“La presencia de María Moreno en el festival es una enorme alegría para nosotros”, destaca. Cronista, ensayista, escritora de ficción y referente del pensamiento crítico contemporáneo, ella no solo dialoga con la literatura, sino también con la política, la memoria y los feminismos.
“Lo que tiene María es que ya hay toda una trayectoria detrás de ella. Ha trabajado con la narrativa y la crónica, pero también con temas tan importantes como la memoria. Tiene una mirada aguda y una sutileza para analizar la realidad que la hace única. Su escritura es potente, reflexiva, imprescindible. No está ligada a las lógicas del mercado, pero ha logrado un lugar central gracias a esa coherencia y a la fuerza de su obra”, señala Rivadeneira.
Otra presencia destacada será la de Harwicz, escritora radicada en Francia que ha ganado notoriedad internacional con su novela “Matate, amor”, recientemente adaptada al cine con producción internacional y estrenada en el Festival de Cannes. “Harwicz es una de las voces más potentes de la literatura argentina de los últimos años. Estábamos cerrando su participación mientras ella estaba en pleno Cannes. Fue todo muy simbólico, porque justo en ese contexto logramos concretar su presencia”, cuenta Rivadeneira.
Ella ya había sido invitada a ediciones anteriores, pero por cuestiones de agenda no podía asistir. “Esta vez la posibilidad surgió porque Ariana tenía compromisos en Buenos Aires por esos días, y apenas supimos eso hicimos todo lo posible para que pudiera venir. Era una figura que nos faltaba”, admite.
El cruce entre la literatura y otras artes también tendrá un lugar central en el FILT. Uno de los invitados será Llinás, cineasta y guionista reconocido por películas como “Historias extraordinarias”, “La flor” y por haber sido parte del equipo de guión de “Argentina, 1985”. “Nos interesa ese diálogo entre disciplinas. Que venga Llinás es importante porque su obra tiene mucho de literario, de narrativo, y representa otra forma de contar”, dice Rivadeneira.
A la lista se suman otros nombres relevantes como Guillermo Martínez, Juan Mattio, Claudia Masin, Adriana Riva, Mariano Quirós y Carmen Cáceres, a quienes se suma un conjunto de autores y autoras de la región. “Una de las claves del FILT es el cruce entre escritores locales, escritores del NOA y figuras del ámbito nacional e internacional. Ese cruce es lo que genera comunidad y crea nuevas conversaciones”, destaca el organizador.
En detalle
Desde sus inicios, el festival fue pensado como una forma de situar a Tucumán en el mapa de las letras latinoamericanas. “Queríamos hacer un festival que colocara a la provincia en esa red de circulación literaria. Y creo que en estos años lo hemos logrado. El FILT ha servido como impulso para que se consoliden proyectos que antes no existían, como nuevas editoriales independientes. Ha sido un estímulo para la actividad literaria en general”, afirma Rivadeneira.
Pero el FILT no solo es una celebración de la literatura. En tiempos de retroceso cultural y desfinanciamiento del sistema educativo, el festival también se propone como un espacio de resistencia. “En un contexto donde se intenta atacar todo lo que tenga que ver con la cultura, la ciencia y la universidad, el FILT se mantiene como una apuesta por la reflexión y la discusión. Es una manera de decir que seguimos apostando al pensamiento crítico y a la creación colectiva”, sostiene.
Del MUNT a la sede de Derecho: un día a pleno en el FILTEn ese sentido, Rivadeneira destaca el rol de la Universidad Nacional de Tucumán, principal soporte institucional del festival. “El apoyo de la Secretaría de Extensión, del Museo de la Universidad, de la Escuela de Cine, de las Facultades de Filosofía y de Derecho, ha sido fundamental. Sin esa red institucional sería imposible sostener una propuesta como esta”, remarca.
Otros respaldos vienen del mundo editorial, por medio de majors como Planeta y Random House, o sellos independientes como Caja Negra y Fiordo. También harán lo suyo editoriales locales, entre ellas Aguacero y Gerania. Además, habrá un aporte del Ente Cultural.
Más allá del contenido literario, el FILT se diferencia por su atmósfera festiva. Las actividades no se limitan a las mesas de debate o a las presentaciones de libros: hay música, performances, lecturas colectivas, proyecciones de cine y ferias editoriales. “Nos interesa sacar a la literatura de ese halo solemne que muchas veces la rodea. Apostamos a la celebración, al disfrute, pero sin abandonar el rigor y la riqueza literaria”, advierte Rivadeneira.
En definitiva, el FILT no es solo un festival: es una experiencia. Un espacio donde la palabra se encuentra con la escucha, donde las letras dialogan con el territorio, donde el arte se comparte con alegría y con sentido. Y donde Tucumán alza la voz para seguir escribiendo su lugar en la cultura latinoamericana.