ANCHORAGE, Estados Unidos.- La cumbre entre el presidente estadounidense Donald Trump y su homólogo ruso Vladimir Putin plantea interrogantes sobre qué esperan el uno y el otro de la reunión sobre la guerra en Ucrania, y qué teme Kiev.

¿Qué quiere Putin?

Para Putin, la mera celebración de esta reunión ya es una victoria, opinó el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. “El mejor escenario para Rusia sería un acuerdo para una especie de alto el fuego” que no beneficie a Ucrania, dice Sam Greene, analista del Centro de Análisis de Políticas Europeas (CEPA).

Hasta ahora Putin exigía cuatro regiones parcialmente ocupadas (Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón), además de Crimea, anexionada en 2014, y que Ucrania renuncie al suministro de armas occidentales y a la OTAN. Kiev lo considera inaceptable.

¿Qué quiere Trump?

“Quiero ver si puedo detener la matanza”, declaró Trump el jueves. Equiparó una vez más las bajas militares rusas con la muerte de civiles ucranianos.

El presidente estadounidense se considera un gran reconciliador. Poner fin al conflicto más sangriento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial reforzaría su ya conocida convicción de que merece el Premio Nobel de la Paz.

El republicano prometió durante su campaña electoral poner fin a la guerra en un abrir y cerrar de ojos. Más cauteloso, ahora habla de “tantear el terreno” con el líder ruso y estima la probabilidad de que la reunión fracase en un 25%.

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Trump asegura que, en el mejor de los casos, a este cara a cara le seguirá muy pronto una reunión trilateral con el presidente ucraniano. El ex promotor inmobiliario también suele hablar del potencial económico de una relación bilateral normalizada con Moscú, un punto que Putin preveía abordar en Anchorage.

¿Qué teme Ucrania?

“El mejor escenario posible (...) sería que la reunión no condujera a ningún acuerdo”, ya que Kiev no estaría bajo presión para ceder territorio, resume Olga Tokariuk, experta de CEPA. En el mejor de los casos, desde la perspectiva de Zelenski y sus aliados europeos, Trump podría imponer más sanciones a Rusia, añade.

Los líderes europeos insisten en que la cumbre de Alaska debe centrarse en el alto el fuego, sin abordar posibles concesiones territoriales. Pero Trump reiteró que lograr la paz requeriría concesiones mutuas en materia de “fronteras y territorios”.

¿Por qué Alaska?

Esta elección ofrece ventajas logísticas. El presidente ruso es objeto de una orden de arresto de la Corte Penal Internacional, de la que Estados Unidos no es miembro, así como de múltiples sanciones. Para llegar a Alaska solo tiene que cruzar el estrecho de Bering, sin necesidad de pasar por otro país.

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El lugar elegido, la base militar Elmendorf-Richardson, es segura y está cercada. Además, Alaska es un territorio con pasado ruso ya que fue cedido por Rusia a Estados Unidos en el siglo XIX. Posteriormente, este vasto estado desempeñó un importante papel estratégico durante la Segunda Guerra Mundial, y aún más durante la Guerra Fría.