La FIFA se enfrenta a un litigio de gran repercusión: Lassana Diarra, exmediocampista de la Selección de Francia y con pasado en clubes como Real Madrid, Chelsea y PSG, presentó una demanda contra la entidad por un total de 65 millones de Euros. El reclamo, elevado ante la justicia de Bélgica, se fundamenta en una sentencia de la Corte de Justicia de la Unión Europea que, en 2024, consideró ilegales varios aspectos del sistema de traspasos vigente.

Diarra sostiene que durante años fue víctima de un esquema que restringía la libertad laboral de los futbolistas, impidiendo que pudieran rescindir contratos sin causa justificada. Según su equipo legal, las pérdidas iniciales rondaban los 10,5 millones de euros, pero el monto fue ajustado teniendo en cuenta inflación, intereses y el tiempo transcurrido desde 2014, hasta alcanzar los 65 millones que hoy exige como reparación.

El exvolante intentó primero una resolución extrajudicial, pero al no encontrar acuerdo decidió avanzar judicialmente contra la FIFA y la Federación Belga. El respaldo de FIFPro, el sindicato internacional de futbolistas, refuerza su posición y otorga un carácter colectivo a la causa, que el propio Diarra describe como una lucha en nombre de quienes “no tienen los recursos ni la fuerza para enfrentarse a la FIFA”.

El proceso, que podría extenderse entre 12 y 15 meses, no solo afecta al exjugador. Un fallo favorable abriría un precedente que obligaría a las federaciones europeas a revisar sus reglamentos y asumir responsabilidades económicas ante potenciales reclamos de otros profesionales que se consideren perjudicados por las mismas reglas.

Retirado en 2019 tras una carrera que lo llevó por Inglaterra, España, Francia, Rusia y Emiratos Árabes, Diarra afronta ahora un desafío distinto, lejos de los terrenos de juego pero con impacto global. La resolución de su demanda podría marcar un antes y un después en la relación entre futbolistas y organismos rectores del deporte.