LinkedIn ya no es un simple currículum online. Esta plataforma se consolidó como una red donde se buscan talentos; se construyen vínculos profesionales y se muestran proyectos. Para muchos se transformó en una vidriera laboral que abre puertas a entrevistas, colaboraciones y nuevas oportunidades.

En Tucumán cada vez más profesionales deciden actualizar o crear un perfil en esta plataforma. El fenómeno no se limita a los jóvenes que buscan su primer trabajo, sino que también involucra a adultos que atraviesan procesos de reinvención laboral. Entre ellos, un número creciente se acerca a consultores en recursos humanos para perfeccionar su presencia digital.

Silvia Mentz, especialista en selección de talentos, es una de las expertas que acompaña ese proceso. En función de su experiencia señala que LinkedIn “funciona muy bien cuando se usa con propósito y constancia, pero puede desmotivar a quienes lo toman como un currículum archivado y no interactúan”.

De currículum a red social

Mentz recuerda que empezó a usar LinkedIn hace más de una década durante su etapa académica. “Lo veía como un buen lugar para tener cargado el CV. Me servía para postularme a universidades y oportunidades laborales. Con el tiempo se transformó en algo mucho más dinámico”, relata.

En la actualidad, como consultora de empresas y líder de un equipo, LinkedIn es parte de su rutina diaria. “Es una herramienta clave para procesos de reclutamiento. Buscamos perfiles, conectamos con candidatos y encontramos profesionales que quizás no se acercarían por vías tradicionales. Es rápido y posibilita un contacto directo”, explica.

La evolución de la plataforma la llevó a especializarse en el perfeccionamiento de perfiles. “Muchas personas me pedían ayuda para mejorar su CV y ahí empezamos a trabajar también en LinkedIn. A simple vista parece sencillo, pero no lo es. Hay estrategias que marcan la diferencia”, señala.

Adultos en reinvención 

Según Mentz, la mayoría de quienes buscan asesoramiento son adultos. “El 100% de las personas que nos convocan para nuestros programas de desarrollo profesional tiene entre 35 y 45 años. Buscan cambiar de rumbo, volver al mercado laboral o crecer en posiciones jerarquizadas”, detalla.

Ese movimiento está ligado a una etapa de cuestionamientos. “Muchos se replantean elecciones hechas a los 18 años y buscan un cambio que los motive. En esos procesos, LinkedIn es fundamental: permite ordenar el perfil, mostrar formación, sumar contactos y abrirse a nuevas oportunidades”, afirma.

Para Mentz, esta tendencia revela que LinkedIn dejó de ser un espacio exclusivo para jóvenes. “Hoy lo usan adultos que deciden reinventarse y también empresas que lo ven como fuente principal de talento”, sostiene.

MUNDO LABORAL. La consultora recomienda aprovechar LinkedIn con propósito y constancia para potenciar las oportunidades profesionales / GENTILEZA DE SILVIA MENTZ

Los errores más comunes

La especialista detecta un problema recurrente: el abandono del perfil. “Mucha gente lo arma, carga sus datos y no vuelve a entrar. No interactúa, no comenta y no se postula a las búsquedas. Eso convierte el perfil en un currículum olvidado”, advierte.

Otro error es la falta de autenticidad. “Hay un exceso de autobombo, de resaltar logros sin profundizar en experiencias reales. LinkedIn debería ser un espacio de conversación profesional y no sólo una vidriera de logros perfectos”, agrega.

También subraya la importancia de la coherencia. “No sirve mostrar un interés que no coincide con lo que se busca. Si alguien quiere dejar un empleo en relación de dependencia para emprender, tiene que hablar de ese camino, no de lo que ya no lo motiva”, explica.

¿Qué miran las empresas?

Para las compañías, LinkedIn es un espacio cada vez más relevante. “Yo misma busco profesionales ahí. Uso palabras clave, pido referencias y contacto a personas con perfiles similares a lo que necesitamos. Es una fuente valiosa para la selección de mandos medios y puestos jerarquizados”, comenta Mentz.

¿Qué debe tener un perfil para llamar la atención? La consultora enumera:

- Foto profesional y portada atractiva.

- Descripción personal clara y auténtica.

- Trayectoria académica y laboral actualizada.

- Publicaciones e interacciones frecuentes.

“Es importante mostrar no sólo lo que se hizo, sino también lo que moviliza y hacia dónde se quiere ir. El propósito tiene que estar claro porque es lo primero que un reclutador percibe”, enfatiza.

¿Cómo generar visibilidad?

LinkedIn no premia la pasividad. “Para ganar visibilidad hay que interactuar. Comentar, compartir, recomendar a colegas y sumarse a debates son acciones que hacen crecer el alcance del perfil”, indica Mentz.

Publicar reflexiones sobre el sector, compartir noticias o difundir proyectos son formas de posicionarse. “No es necesario publicar todos los días, pero sí mantener una presencia constante. La plataforma favorece a quienes muestran actividad”, explica.

Esa interacción también sirve para construir una red de apoyo. “Al comentar y compartir, se abren conversaciones que fortalecen vínculos profesionales. LinkedIn es una red de networking y hay que aprovecharlo”, sostiene.

Un consejo clave: honestidad

Para quienes se inician, la recomendación de Mentz es clara: honestidad y propósito. “Lo primero es definir para qué se va a usar LinkedIn. ¿Quiero buscar empleo, emprender, mostrar proyectos o conseguir un ascenso? Con ese objetivo definido, el perfil cobra sentido”, asegura.

La autenticidad es igual de importante. Mentz enfatiza: “los perfiles más atractivos son los que conectan con lo real. No se trata solo de listar logros, sino también de transmitir quién sos y hacia dónde querés ir”.

Puede que de aquí a un tiempo LinkedIn deje de ser "optativo" y se convierta en fundamental, incluso en Tucumán. Mentz lo ve en el día a día de su trabajo: “antes lo usaba para contactar colegas de Buenos Aires. Hoy hay muchísima gente en la provincia que lo utiliza. Está creciendo mucho”.

Ese crecimiento refleja un cambio más amplio: la digitalización de los procesos laborales y la necesidad de mostrarse en entornos virtuales. “Cada vez más búsquedas se inician en LinkedIn. Por eso recomiendo estar, aunque sea con un perfil básico, y animarse a participar”, cierra la consultora.