El celular, la computadora, la televisión o la consola son parte de la vida diaria de cualquier chico o joven. Pero un nuevo estudiointernacional publicado en el Journal of the American Heart Association encendió las alarmas: pasar demasiado tiempo frente a las pantallas puede aumentar el riesgo futuro de problemas cardíacos y metabólicos.

Los investigadores analizaron datos de más de mil participantes en Dinamarca y encontraron una relación clara: a mayor tiempo frente a dispositivos electrónicos o la televisión, mayor probabilidad de tener presión alta, colesterol elevado o resistencia a la insulina.

El estudio también reveló que la falta de sueño potencia los riesgos. En chicos y adolescentes que dormían menos horas, la relación entre pantallas y problemas de salud era aún más fuerte. “El tiempo de pantalla no sólo compite con otras actividades físicas, también que también roba horas al descanso”, explicó el investigador principal, David Horner, de la Universidad de Copenhague.

Los datos son contundentes: cada hora extra frente a la pantalla aumentaba los indicadores de riesgo metabólico en los niños y adolescentes, un efecto pequeño por hora, pero que se acumula cuando el uso llega a las cinco o seis horas diarias.

Lo que recomiendan los especialistas

Los expertos sugieren que padres y madres no sólo hablen con sus hijos sobre el uso de pantallas, sino también que den el ejemplo apagando dispositivos en momentos clave, como las comidas o antes de dormir. Además, aconsejan crear rutinas de descanso estables, ya que dormir más y mejor reduce el impacto negativo del tiempo de exposición.

También señalan que aburrirse no es malo: es una oportunidad para estimular la creatividad y aprender a lidiar con la frustración sin necesidad de un dispositivo.

Un mensaje para la generación conectada

Este trabajo no busca demonizar la tecnología, sino recordar que la forma en que usamos las pantallas puede marcar la diferencia en nuestra salud futura. Para los jóvenes, la invitación está clara: encontrar un equilibrio, moverse más, dormir mejor y dar un respiro al corazón.

En tiempos donde todo parece ocurrir en una pantalla, la mejor decisión puede ser, de vez en cuando, apagarla y volver al mundo real.