El trabajo persistente de una docente del interior tucumano trascendió las fronteras de su comunidad para ser reconocido en todo el país. Se trata de Olga Patricia Amaya, la “Seño Patricia” de la Escuela N° 142 de Árbol Solo, en Ranchillos, quien fue seleccionada junto a otros cuatro educadores para protagonizar la Campaña Nacional por el Mes de la Educación, organizada por la Fundación Varkey en conjunto con el diario digital MDZ y diversas organizaciones sociales.

La iniciativa, que este año celebra su tercera edición, busca visibilizar la “hazaña silenciosa” de los docentes que transforman la vida de sus alumnos y, con ellos, la de pueblos enteros. Durante septiembre, los rostros de los maestros elegidos se exhibirán en espacios públicos de todo el país como símbolo de gratitud y reconocimiento social.

Vida dedicada a enseñar

Nacida en Ranchillos, Amaya eligió ejercer en la escuela de su propio pueblo, ubicada a 35 kilómetros de San Miguel de Tucumán. Cada mañana recibe a los 205 niños que asisten al establecimiento, muchos de ellos con trayectorias escolares atravesadas por la pobreza, el analfabetismo de sus padres y la discontinuidad educativa.

“Ante las dificultades económicas y muchas veces padres analfabetos, el compromiso del docente es clave”, contó la maestra en declaraciones a LG PLAY, convencida de que enseñar en el ámbito rural exige un esfuerzo colectivo que involucra a toda la comunidad.

Desde su llegada a la institución, hace un año, la docente puso en marcha proyectos creativos de alfabetización que transformaron el aula en un espacio vivo y participativo.

Títeres y audiocuentos

Uno de los ejes de su propuesta fue el trabajo con títeres y audiocuentos. Primero, los chicos escuchaban relatos como “Casa tomada”, de Julio Cortázar, o “El almohadón de plumas”, de Horacio Quiroga. Luego, grababan sus propias voces, adaptaban los textos, modificaban los finales y daban vida a los personajes a través de títeres confeccionados junto a sus familias.

“El objetivo siempre fue que los chicos lean y escriban, pero también que participen”, explicó la docente. Y los resultados no tardaron en aparecer. Alumnos que apenas podían leer ahora se animan a expresarse, a dialogar y a construir nuevas historias colectivas.

Los desafíos de la formación docente

Las obras teatrales se presentaron en la feria de ciencias zonal, en una escuela rural vecina y pronto recorrerán otras instituciones de la región, extendiendo la experiencia a más comunidades.

Un trabajo en equipo

El proyecto de Amaya no se limita a su aula. En la Escuela N° 142 la alfabetización se concibe como una tarea compartida. La jornada extendida (de 8 a 15) permite que cada alumno reciba atención personalizada. Los docentes de educación física, tecnología, religión, plástica, junto con la directora y la secretaria, se suman a la enseñanza de la lengua y la matemática.

“No solo alfabetiza el maestro de grado”, resumió Amaya. Gracias a esta red de colaboración y al acompañamiento de las familias, el índice de chicos en riesgo pedagógico se redujo notablemente.

Un reconocimiento

Para Patricia, la noticia fue inesperada. “Mi directora me postuló sin que yo lo supiera. Cuando me llamaron desde Buenos Aires para decirme que había sido elegida, no lo podía creer”.

Agustín Porres, director regional de la Fundación Varkey, explicó el espíritu de la campaña. “Queremos poner a los grandes docentes en la conversación cotidiana. Muchas veces, cuando hablamos de educación, hablamos solo de problemas. Sin negar esas dificultades, es necesario reconocer a quienes marcan la diferencia. Si queremos transformar la sociedad, empecemos por reconocer la tarea de los maestros”, dijo

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A sus 49 años, Patricia sintetiza así su vocación: “Quiero que aquí encuentren un lugar donde puedan ser felices, que se lleven ese recuerdo de la escuela como un espacio de vida”.

Los cinco finalistas: quiénes fueron seleccionados

Gracias a una convocatoria donde la sociedad puede “nominar” a un gran docente, más de 200 personas escribieron nombres de maestros y maestras que marcaron sus vidas. Así un comité de Fundación Varkey eligió a cinco finalistas cuyos rostros pasaron a formar parte de miles de espacios en vía pública, en septiembre, durante el mes de la educación.

Además de la tucumana Olga Patricia Amaya, los otros elegidos fueron:

- Jackeline Hernández, de Capital Federal (oriunda de Venezuela)

- Julieta Moreno, de Mendoza

- Jonatan Emanuel Fernández, de Santa Fe

- Julieta Verónica Ursagaste, de Jujuy