En la ciudad de Vancouver, Canadá, un hombre de 34 años llamado Brent Chapman recuperó la visión después de 20 años gracias a un procedimiento médico poco frecuente: la implantación de un diente en el ojo para sostener una lente. La operación, que puede parecer de ciencia ficción, tiene antecedentes en la década de 1960 y hoy se utiliza en casos de ceguera corneal severa.

Chapman había perdido la vista a los 13 años por el síndrome de Stevens–Johnson, una reacción grave a un medicamento que le provocó daños irreversibles en la superficie ocular. Dos décadas después, se convirtió en uno de los pacientes en someterse a esta técnica tan sorprendente.

El paso a paso de la cirugía

La intervención fue realizada por el doctor Greg Moloney, cirujano ocular y oftalmólogo, según reportó la prensa. La primera etapa ocurrió en febrero, cuando se le extrajo a Chapman un diente superior. El especialista lo moldeó y lo aplanó para incrustar en su interior una pequeña lente, creando una especie de “ventana transparente” que luego sería implantada en el ojo.

En una segunda fase, el diente con la lente fue colocado temporalmente en la mejilla del paciente, con el objetivo de que el cuerpo la aceptara. Tras un período de adaptación, finalmente el implante fue colocado en el ojo afectado.

CIENCIA. En Vancouver realizaron una cirugía ocular con un diente humano que permitió recuperar la visión tras dos décadas de ceguera. / EL PAÍS

Al despertar de la cirugía, Chapman ya podía distinguir los movimientos de una mano. Con el paso de los meses, su visión se fue estabilizando hasta alcanzar una agudeza visual de “20/40 o 20/30”, según explicó el especialista.

El impacto en la vida del paciente

El procedimiento transformó la vida del canadiense. Luego de la operación, Chapman pudo volver a leer, caminar sin bastón y retomar actividades como el básquet. El médico indicó que, aunque sufre molestias con el deslumbramiento y utiliza gafas de sol, los resultados son alentadores.

El paciente describió la experiencia como un momento único. Tras colocarse anteojos para la corrección final, expresó: “ahora veo realmente bien”. El reencuentro visual con su entorno fue considerado por él como un paso decisivo y positivo.

Una técnica con antecedentes y proyecciones

La cirugía utilizada en este caso no es experimental. Fue desarrollada en la década de 1960 y es conocida como osteo-odonto-queratoprótesis. Si bien no se aplica de manera masiva, se utiliza en pacientes con formas severas de ceguera corneal que no tienen alternativas de trasplantes convencionales.

Las estadísticas señalan que la tasa de éxito supera el 90% en la mayoría de los casos. Sin embargo, para Chapman, las proyecciones a largo plazo son más reservadas: la probabilidad de mantener el nivel de visión alcanzado en 30 años ronda el 50%.

A pesar de estas estimaciones, la técnica se consolida como una opción válida para pacientes que enfrentan la pérdida total de la vista por daños en la córnea.