La posibilidad de que el presidente Javier Milei pise suelo tucumano en la recta final de la campaña remeció el escenario local. Mientras los libertarios alistan las banderas y analizan las actividades para recibir a su líder, el resto de las fuerzas mayoritarias que, según las encuestas, estarían en la pelea por las cuatro bancas, analiza el impacto que tendrá el respaldo a la lista local.

Si bien el oficialismo nacional viene golpeado por las polémicas y los reveses en el Congreso, dirigentes de trayectoria de diversos colores políticos especulan con que la presencia del Presidente pueda cimentar la expectativa de las huestes violetas de sentar al menos un diputado más por Tucumán en la Cámara baja.

Milei se encuentra en medio de una gira por las provincias en el contexto de la campaña. Inicialmente, desde La Libertad Avanza (LLA) se había explicado que la agenda no incluiría Tucumán porque se priorizarían los distritos en donde se votará para elegir senadores nacionales, los que tenían internas fuertes y ciudades y capitales con un elevado número de votantes en relación al padrón nacional.

La semana entrante tendrá una parada en la vecina Santiago del Estero y de allí se trasladaría, acompañado por el ministro del Interior y presidente de LLA Tucumán, Lisandro Catalán. La agenda del mandatario nacional se desarrollaría el sábado 18 y se adaptaría a disponibilidad de tiempo. En el caso de que pueda estar de manera acotada, el plan inicial sería que emprenda una caminata o caravana junto con el primer candidato, Federico Pelli. Esa es la modalidad que viene llevando adelante en los puntos del territorio nacional que ya visitó. La locación podría ser Yerba Buena o San Miguel de Tucumán, pero no está definido. Si decide quedarse más tiempo, el cronograma podría ampliarse con un acto o una conferencia de prensa.  

En LLA mantienen buenas proyecciones para lo que viene en la provincia, después de la formación del partido y de la instalación de sus figuras tucumanas.

Lealtad y el juego de las sillas

La visita Milei reactivó reflejos del poder: el Partido Justicialista (PJ) alista para el viernes 17 un acto grande, con más de 20.000 personas, por el Día de la Lealtad. Y buscarán que sea más contundente de lo previsto. De acuerdo trascendió, se realizaría en un club de Ranchillos y estaría encabezado por Osvaldo Jaldo y el resto de los candidatos del peronismo del frente Tucumán Primero. “Así recibiremos al ‘León’, con las tijeras afiladas”, mencionó un organizador en relación a la chicana que viene pronunciando Jaldo, aludiendo a que en Tucumán ganará y cortará la “melena” al símbolo de LLA.

Jaldo viene polarizando la discusión con los representantes del oficialismo nacional. En un principio, había puesto a Roberto Sánchez en el ring de los cruces mediáticos, pero luego cambió de estrategia una vez que el diputado radical cuestionó su postulación en la Justicia Electoral.

En la Casa de Gobierno siguen de cerca la actividad de Milei, pero no creen que tenga repercusión en los números propios en las urnas, sino que consideran que los puntos que puedan captar serán en desmedro de los de Unidos por Tucumán, que encabeza Sánchez.

Las interpretaciones en el oficialismo provincial están asentadas sobre las encuestas y estudios periódicos que encarga a consultoras nacionales como Aresco y Hugo Haime & Asociados.

En una especie de juego de las sillas, pero con las bancas, hacen cuentas y acomodan las previsiones. Advierten en los pasillos del poder que, según las planillas de la semana pasada, habrían pasado de un esquema de distribución 2-1-1 (dos para el PJ, uno para LLA y uno para Unidos por Tucumán) a estar muy cerca de alcanzar tres bancas y que la cuarta quedaría para LLA.  

Explicaron que, por el sistema electoral, a ese tercer escaño lo estarían peleando con Sánchez.

Según los datos que manejan en ambos sondeos, Jaldo estaría en 50 puntos; Pelli en 22 y Sánchez en 14.

El desafío, expresan en el armado, es sostenerse hasta los comicios. En el peronismo tratarán, entonces, de neutralizar cualquier tipo de conflicto que se presente y que pueda llegar a afectar esa expectativa de rendimiento.

Uno de los asuntos que generaron inquietud fue el procesamiento del ex intendente de Alberdi, Luis Campos, y de la legisladora Sandra Figuera en la causa que investiga posibles delitos vinculados con irregularidades financieras y vínculos con el narcotráfico. Consideraron que la trascendencia se podría magnificar como consecuencia de lo que sucede en el ámbito nacional con el diputado José Luis Espert.  

Al respecto, el oficialismo miró en estos días hacia la Legislatura. Podría haber novedades pronto en ese ámbito en relación a una licencia para la parlamentaria y ex intendenta. Se especula con que sucederá en las próximas horas, posiblemente por requerimiento de la misma dirigente.

Consideran que, de esta manera, se descomprimiría la polémica. De todas maneras, en la Casa de Gobierno recordaron que fue Jaldo el que dispuso la intervención por la gravedad de las presunciones.

Unidos y expectantes

El armado que encabeza Sánchez, que reúne a parte del radicalismo y a los legisladores de Compromiso Tucumán (ex alfaristas), sigue firme con el entusiasmo de que alcanzarán un escaño y que su cabeza de lista podrá renovar. La mirada principal está, sobre todo, en la supervivencia hacia el 2027.

El argumento para el optimismo es que Sánchez no sólo cuenta con un nivel de conocimiento elevado en la ciudadanía sino que conserva una muy buena imagen. Sí prestan mucha atención a los números que circulan, pero confían en hacer una buena elección y lograr el 2-1-1. Apuestan a que el concepcionense se mantenga en la agenda pública, con visibilidad, y siga plantándose como la oposición “real” de Jaldo.  

Sobre la llegada de Milei, dudan de que Pelli pueda capitalizar y traducir en votos el subidón que podría generar su presencia en Tucumán.

La posibilidad de que el Presidente desembarque ya movió el tablero. El peronismo afila las tijeras para celebrar la lealtad; los libertarios sueñan con un batacazo y la oposición más tradicional busca no quedar fuera de la foto del poder.