El domingo pasado cerramos con una tesis jodida: somos expertos en el "revisionismo histórico hacia el futuro". Es decir, tenemos una mirada miope del mañana con las reglas que creamos en el pasado. Es la misma resistencia que sentían los artesanos del siglo XVIII frente a la máquina de vapor, pero ahora aplicada a nuestras estructuras de poder.

Error en la Matrix: Milei o por qué somos ciegos a la disrupción

Te voy a contar una anécdota personal. Allá por 2019, en una reunión familiar, mis viejos y mis parientes más grandes charlaban de política. Salió el tema de Javier Milei, que en ese momento era un "loco" que hacía shows mediáticos y nadie se lo tomaba en serio. Se hablaba de que el mainstream era el progresismo y el socialismo, y que el Estado parecía que debía ser gigantesco, con hasta "Ministerios del Dulce de Leche Autopercibido Mermelada".

Yo, que andaba buceando en el sordo ruido de las redes sociales, veía el fenómeno de ese despeinado crecer entre los jóvenes, sin partido, sin estructura, con ideas contraculturales. Si nos parábamos en 2019, con las reglas de la política de entonces (la billetera, la estructura de partido, el aparato sindical), era imposible predecir que ese "loco" sin estructura terminaría siendo el presidente. Pero la realidad digital es otra. La fuerza exponencial que lo cambió todo fue la narrativa directa, la viralidad y un concepto (la "casta") que funcionó como un algoritmo político implacable, invisible para el establishment.

Este es un ejemplo perfecto de "revisionismo histórico hacia el futuro". Nos aferramos a la estructura (la del Partido Justicialista o la de Cambiemos) creíamos que el próximo presidente era o Massa o Bulrich y no vimos la fuerza exponencial que estaba naciendo en los márgenes. Creímos que La Libertad Avanza iba a tener que negociar con Cambiemos pero fue lo contrario.

No pretendo hacer un juicio de valor sobre los juegos del poder. Sino mostrarte cómo predecir la política 4 años antes de esas elecciones los escenarios imaginados y lo que resultó, no importa la consultora, le pifiamos fuerte. Un ejemplo de mi falacia del Revisionismo Histórico hacia el Futuro.

El vicio de la burocracia y la ineficiencia

Mi intención no es hablar de la política argentina sino sobre política proyectada hacia adelante. El problema es que esta ceguera no solo aplica a la política. Aplica a la gestión del poder.

La democracia es un sistema de gobierno del demos (pueblo) por el kratos (poder). Pero como no todos podemos gobernar, elegimos representantes. Y en el camino, hemos adquirido vicios que han convertido a la burocracia estatal en una maquinaria lentísima y, seamos sinceros, la eficiencia en general no es su virtud.

Y acá es donde el tiempo no existe para la toma de decisiones. Nuestro sistema político opera en el 'tiempo newtoniano' (lento, lineal). Pero el Razonamiento Computacional (RC) opera en el 'tiempo cuántico' (exponencial). La exponencialidad de la tecnología es tan brutal que una ley que tarda dos años en iterar ya nació obsoleta. La lentitud burocrática no es solo un vicio; es una sentencia de muerte para la eficiencia del Estado. La burocracia es la eutanasia del progreso individual y social.

El dilema político: tecnocracia vs. políticos aumentados

Entonces, si nuestras estructuras son obsoletas, ¿cuál es el camino? La Era de la Humanidad Aumentada (EHA) nos plantea un dilema:

La Tecnocracia Pura (La Distopía): Delegar el control y la decisión a las máquinas. La AGI toma las decisiones por su eficiencia total y cero corrupción. Es la perfección total, pero a costa de la libertad y la humanidad.La Tecnocracia-Humanista (Mi propuesta): Mantener a los humanos electos para gobernar, pero asistidos por Razonadores Computacionales altamente eficientes. El RC analiza la data casi sin sesgos y propone las mejores soluciones para todos. El Homo Politicus Augmentus no es más listo por su hardware, sino porque su decisión es informada por algoritmos de altísima calidad.

Pero, ¡ojo con el poder! No hay nada más corrosivo. Si el RC le quita al político la ignorancia y la ineficiencia (el error involuntas), ¿cómo le quita la ambición personal (el error voluntas o la corrupción)? El poder es el óxido que pudre hasta las almas con las mejores intenciones.

El desafío es imaginar algoritmos de control de transparencia y honestidad, donde las decisiones sean siempre monitoreadas por el demos (pueblo) a través de la tecnología asistida. Un contrapeso entre la División de Poderes y el Periodismo Aumentado (que debe volver a su función fiscalizadora).

La política del futuro debe ser repensada bajo la premisa de la eficiencia con un propósito humano. No para crear un paraíso de trillonarios con un poder inmenso, sino para asegurar que el costo de la burocracia sea bajo y que la libertad de las personas sea alta.

Querido amigo, en las próximas entregas, nos meteremos de lleno en el lado económico de esta ecuación. Si todo es tan eficiente, si las reglas de la física están en duda por la cuántica, ¿qué cornos valdrá la pena comprar? ¿En qué invertiremos? ¿Qué será el nuevo lujo? No te lo pierdas, que la billetera también está en juego. Te leo en los comentarios, quiero leer ideas, no quejas, ja.

¡Chau!