PARIS, Francia.- En el mismo año en que Brasil será sede de la cumbre climática COP30, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva autoriza la exploración petrolera en la desembocadura del río Amazonas, en el llamado Bloque 59. Además, prepara una megasubasta de 47 bloques petroleros prevista para junio de 2025.

El Bloque 59 está ubicado a 160 kilómetros de la costa del estado de Amapá, una zona es tan sensible en términos ambientales que, en 2023, el Instituto Brasileño del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovable (Ibama) recomendó mantener la negación del proyecto de Petrobras. Su postura técnica cambió en mayo de 2025, el mismo Ibama aprobó el plan que presentó la petrolera estatal para obtener la licencia.

Eso significa que, para comenzar las exploraciones, solo falta que la compañía simule cómo actuaría ante un derrame de crudo y que el Ibama lo apruebe, como explica Claudio Angelo, coordinador de Política Internacional del Observatorio do Clima, que reúne a unas 130 organizaciones ambientales brasileñas.

La decisión desató la queja de organizaciones ambientalistas. La ONG de la Red de Acción Climática (RAC) denunciaron “la ambivalencia” e “hipocresía” de Brasil, en vísperas de la COP30, y exigieron mayor ambición y recursos para abordar los desafíos climáticos y cumplir con el Acuerdo de París.

“La presidencia brasileña de la COP30 se encuentra en una posición hipócrita”, porque dice querer elevar las ambiciones climáticas, pero el lunes otorgó una nueva licencia de explotación petrolera en Amazonas a Petrobras, su petrolera nacional.

“Es asombroso”, declaró Fanny Petitbon, representante en Francia de la ONG 350.org, durante una rueda de prensa.

Brasil, que es el anfitrión, “también muestra cierta ambivalencia en el tema de los combustibles fósiles”, tema que abordó relativamente tarde en los preparativos del evento, enfatizó Gaïa Febvre, jefa de política internacional de la RAC, que reúne a 27 asociaciones comprometidas con la lucha contra el cambio climático y la promoción de la justicia social.

Jóvenes en la COP 30: cómo participar en la cumbre climática de la ONU en Brasil

“Es necesario un despertar colectivo” sobre el multilateralismo ante el retroceso internacional en materia ambiental, tras la retirada de Estados Unidos, que “ensombrece” la diplomacia climática, según la RAC.

Esta COP30 deberá abordar la “falta de ambición, implementación y financiación” de países industrializados, 10 años después del Acuerdo de París, cuyo objetivo era limitar el calentamiento global por debajo de 2°C y, de ser posible, por debajo de 1,5°C.

“El Acuerdo de París está funcionando” porque ayudó a “cambiar la trayectoria” hacia un calentamiento de alrededor de 3°C para finales de siglo, en lugar de 4°C, “pero aún no es suficiente”, enfatizó Febvre.

“De los pueblos”

La COP30 también debe demostrar que sigue siendo “de los pueblos” tras tres COP celebradas en países autoritarios (Egipto, Emiratos Árabes Unidos y Azerbaiyán), donde la sociedad civil no pudo expresarse, exige la RAC, que apuesta por la Cumbre de los Pueblos, que tendrá lugar del 12 al 16 de noviembre, para “reactivar la movilización” y exige mayor consideración de las necesidades y los conocimientos de los pueblos indígenas.

Otro tema en el que las ONG esperan la postura de la presidencia brasileña es la financiación climática. “Debe volver a la agenda” tras la COP29, que aumentó la financiación para los países en desarrollo a 300.000 millones de dólares anuales para 2035, pero dejó un “sabor amargo”.

“Aún no sabemos quién financiará qué; no está claro en este momento”, afirma Lorelei Limousin, activista climática de Greenpeace Francia.

Además, “recurrir a la financiación privada no debería ser la única respuesta”, cree Limousin, quien aboga por la implementación de un impuesto sobre los ingresos de las industrias de combustibles fósiles para ayudar a financiar la transición en los países en desarrollo.