Eran las nueve de la mañana y los restos de la lluvia del sábado se reflejaban en los charcos de agua y el barro de las calles sin pavimentar de las ciudades de Banda del Río Salí y Alderetes. Esto no impidió que los vecinos salieran de sus casas desde tempranas horas para ir a las escuelas a elegir a los próximos diputados nacionales que representarán a Tucumán en el Congreso. La jornada tuvo una particularidad que no había visto años anteriores: se utilizó por primera vez la Boleta Única de Papel.

Con DNI en mano, decenas de votantes se acercaron al padrón electoral para chequear a qué mesa debían acercarse. Al llegar a su aula asignada muchos se sorprendieron de que los fiscales estén en el interior y no fuera como en otras elecciones. Algunos ya habían estudiado cómo era el nuevo método electoral, a otros tuvieron que explicarles cómo utilizar la BUP.

La escuela Tiburcio Padilla, ubicada en Banda del Río Salí, abrió sus puertas minutos antes de las 8.30. Aunque es uno de los principales centros electorales del municipio, a las autoridades les llamó la atención la alta concurrencia. “Desde las ocho que había gente haciendo fila para ingresar. Viene siendo una mañana bastante tranquila, si bien empezó un poco más tarde porque se demoraron algunos fiscales en llegar, se puede apreciar que las filas avanzan con rapidez”, señaló un policía que custodiaba las inmediaciones.

Aciertos y confusiones con la BUP

La protagonista fue la Boleta Única de Papel. La mayoría de los asistentes la compararon con el mecanismo de elección anterior y coincidieron al señalar que el actual es más “ágil y fluido”. “Se avanza mucho más rápido y es más fácil. Tenés todas las opciones en un sólo lugar, no hay que estar avisando si faltan boletas y tampoco se frena la fila cuando entran las autoridades a fiscalizar que haya votos de todos los partidos y a controlar que todo esté en orden”, dijo Pamela Dorado.

Elsa Alicia Franco tiene 70 años y hace más de dos décadas que vota en la Tiburcio Padilla. La única observación que tuvo fue sobre el diseño de la boleta. “Fue una sensación rara. Para la próxima pondría las letras más grandes. Identifiqué a los postulantes por los colores, pero los nombres de los partidos eran muy chicos y la gente de mi edad ya no tiene buena visión. También agregaría una opción para votar en blanco o anularlo”, opinó.

En la Escuela Técnica N°1 de Lastenia los comicios arrancaron puntualmente. “Antes de las 7 ya había llegado el correo con las urnas, a las 7.30 los gendarmes hicieron pasar a los fiscales y a las 8 en punto se abrieron las puertas. Durante las primeras horas vimos a muchos adultos mayores; a dos horas de haber iniciado la jornada ya habían votado más de 400 personas”, dijo Karina Nieva, fiscal general.

La mujer contó que las filas avanzaron con normalidad, a excepción de algunas mesas en las cuales hubo demoras debido a personas que manifestaron confusiones respecto al nuevo sistema de votación. "Pese a que hubo bastante difusión sobre cómo emplear este mecanismo, notamos que muchos tenían dudas. Para no dilatar más la espera decidimos acercarnos a explicarles cómo es el funcionamiento", indicó.

En la escuela Rincón del Este, en Alderetes, el flujo de personas fue menor que en otras instituciones y afirmaron que el ritmo de votación fue igual que en las elecciones pasadas. “La BUP no agilizó ni un poco. Al contrario, generó más confusión, pero no en los votantes sino en los fiscales. Aparentemente no fueron bien capacitados porque reaccionaron lento a la hora de cortar el troquel, de entregar la boleta y la lapicera. Si alguien tenía alguna duda, se enredaban para responder y no quedaba claro”, cuestionó Natalia, fiscal general.

Acarreo de votantes

Entre las decenas de concurrentes que ingresaban, a pocos metros de las puertas de los establecimientos se pudo observar numerosos vehículos con diferentes símbolos de identificación, que aparentaban estar destinados a la movilización de votantes. Los carteles que más se repitieron al este de la provincia fueron los que tenían las siglas TNF y la letra P.

BANDA DEL RÍO SALÍ. Se observaron autos con carteles de candidatos. FOTO LA GACETA/ANALÍA JARAMILLO

Algunos choferes comentaron que les ofrecieron alrededor de $75.000 a cambio de trasladar a los electores. “Los punteros se encargaban de juntar grupos de seis autos, cada uno se tuvo que encargar de los gastos del combustible entonces te termina quedando menos plata de la que te ofrecen”, comentó Walter, uno de los choferes.

Expectativas

Los resultados de los comicios generaron expectativa entre los ciudadanos. Algunos se aproximaron a las urnas con la ilusión de mejorar la situación actual del país. “Estas elecciones son igual de importantes que las presidenciales o las gubernamentales. Acá se define lo que pasa en el Congreso y lo que se le permite o no hacer al presidente. Tenemos que tratar de cambiar el momento económico que estamos viviendo. Yo tengo esperanza de que los políticos que están como candidatos ahora nos conocen y van a velar por nosotros”, dijo Liliana al salir de la cabina de sufragio en la Escuela Media de Tucumán, en Alderetes.

Otros, en cambio, fueron únicamente para cumplir con su deber cívico. “Vengo a votar porque es una obligación, de lo contrario no lo haría. Los años pasan y siento que seguimos igual o peor, gane quien gane es todo igual. Siempre va a haber gente que va a vivir de la política. Mientras uno se la pasa trabajando todos los días para poder comer, hay otros que vienen acá traídos por punteros, votan, les pagan y se van. Vamos a mejorar el día que la ciudadanía cambie su forma de pensar”, opinó Juan Carlos Zárate mientras aguardaba su turno para recibir la boleta.