Hay quienes lavan su cabello todos los días y quienes esperan hasta el fin de semana. Pero más allá de los hábitos, los expertos aseguran que el cuero cabelludo “habla” y avisa cuándo necesita una limpieza urgente. Aprender a reconocer esas señales puede evitar picazón, caída, enrojecimiento o pérdida de brillo.

“La grasa puede acumularse, haciendo que el cabello se vea opaco e incluso causando un olor desagradable”, explica Hadley King, dermatóloga certificada en Nueva York (EE.UU.). “El sebo es necesario, pero cuando se acumula demasiado, se convierte en el mejor amigo de los hongos y las bacterias”, agrega Jodi LeGerfo, especialista en salud capilar de la misma ciudad.

El cuero cabelludo también pide aire

Cuando aparecen picazón, sensibilidad o descamación, no siempre se trata de sequedad: puede ser suciedad acumulada. “Si no te lavás el cabello con regularidad, el sebo se acumula y contribuye a la proliferación de hongos, lo que provoca dermatitis seborreica o caspa”, detalla King.

La tricóloga Sophia Emmanuel, nacida en Jamaica y radicada en Estados Unidos, resume: “No lavarse lo suficiente puede intensificar los problemas del cuero cabelludo y hacerlos más difíciles de tratar”.

Señales que no hay que ignorar

Los especialistas coinciden en que hay cuatro síntomas claros de que el cuero cabelludo necesita atención:

- Brillo apagado y sensación pesada. Es la primera alerta de exceso de sebo y productos acumulados.

- Picazón o enrojecimiento. Indican que el cuero cabelludo necesita aire y limpieza.

- Pérdida de volumen o caída de pelo. “Lavarse con menos frecuencia se asocia con mayor riesgo de caída, porque la grasa y los contaminantes inflaman el folículo”, advierte King.

- Residuos en las raíces. “Cuando los productos no se enjuagan por completo, dejan un residuo pegajoso e insoluble”, explica TerraRose Puncerelli, estilista de celebridades de Los Ángeles.

Su recomendación es simple: realizar un doble lavado, el primero para eliminar la suciedad superficial y el segundo para limpiar a fondo. Además, aconseja masajear el cuero cabelludo con las yemas de los dedos, nunca con las uñas, para activar la circulación sin dañar la piel.

El orden correcto: ¿champú o acondicionador primero?

El dermatólogo colombiano Mario Toledo rompe un mito muy extendido: “Lo primero que debe ir es el acondicionador, porque protege la fibra capilar y sella la cutícula, evitando que el agua la dañe”.

Aplicarlo antes del champú ayuda a prevenir el frizz y mantener el brillo natural del cabello.

La frecuencia ideal

No existe una regla universal, pero los especialistas coinciden en que no deberían pasar más de tres o cuatro días entre lavados. Todo depende del tipo de cabello:

- Fino o graso: conviene lavarlo día por medio.

- Rizado o seco: puede espaciarse un poco más.

En todos los casos, es clave usar un champú suave y evitar el exceso de productos que obstruyen los poros.

Cuidar el cuero cabelludo no es solo una cuestión estética, sino una parte esencial de la salud. Un lavado regular, productos adecuados y una rutina consciente son el trío perfecto para mantener un cabello fuerte, brillante y sin molestias.