En julio de 1911 los tucumanos vieron por primera vez aterrizar un avión en esta provincia. La aeronave estaba pilotada por Marcelo Paillette, quien descendió en el sector sur del Parque 9 de Julio, cuyos pantanos ya habían sido rellenados y sembrados con césped. Ese aterrizaje marcó el principio del fin de la mitad del parque que había diseñado el célebre paisajista Charles Thays, que de las 400 hectáreas originales sólo se concretaron 200.

Dos años más tarde llegó un monoplano tripulado por Castailbert, que primero se detuvo en Monteros para hacer vuelos de exhibición. Más vuelos continuaron llegando en los siguientes años, hasta que el 12 de diciembre de 1919 se fundó el Aero Club Tucumán en ese sector del parque, luego Aeródromo Benjamín Matienzo y más tarde aeropuerto.

En 1920, un joven francés, el teniente Jorge Sariotte, realizó el primer vuelo nocturno. Un año después, el 21 de julio de 1921, a las 7.50, Sariotte, a bordo de El Cóndor del Aero Club, realizó el primer viaje aéreo a Tafí del Valle. LA GACETA cronicó este logro con un gran titular: “Un nuevo éxito de la aviación tucumana. El primer viaje aéreo a Tafí”.

Según esa nota, el avión despegó del parque y llevaba como pasajeros a Luis Ciaffardini, Juan Bru y Juan Jottar. A las 8.05 sobrevoló Villa Nougués; a las 8.30 cruzó la cumbre Mala Mala, a 3.925 msm y a 3.500 del suelo. A las 8.45 cruzó el estrecho pasadizo de la Cañada de la Ciénaga y al final de la Ciénaga ya avistaron Tafí del Valle. Minutos después sobrevolaron una hondonada, la de El Pelao, y aterrizaron sin problemas en la estancia Las Carreras, propiedad de la familia Frías Silva.

La “Cancha del avión”

Luego, narraba el diario, encontraron un lugar más apto para aterrizar, en parajes de la familia Chenaut, que llamaron “Cancha del avión”, en el corazón de la estancia Los Cuartos, hoy ubicada en el kilómetro 60 de la ruta 307, frente al puesto de Vialidad Provincial.

A las 16.50 el avión inició el regreso y aterrizó en el Aero Club, a las 17.31.

VUELO VALLISTO. El piloto Palazzo, ya en tierra firme, después de haber sobrevolado la ciudad de Tafí del Valle.

En 1928 dos periodistas de LA GACETA, Juan Vargas Nieva y José Luis Torres, cronicaron el viaje en un avión Curtiss Oriole del Aero Club, bautizado “Alberdi 6”, que conducía Próspero Palazzo, quien luego sería piloto estrella de la Aeroposta Argentina. Tardó media hora en lograr los 2.000 metros necesarios para cruzar la montaña. Dejando atrás Villa Nougués, la Quebrada de Lules, Potrero de las Tablas, Famaillá, Fronterita y Santa Lucía, “perfectamente visibles por la limpidez de un día africano”, donde dobló a la derecha, para sobrevolar el Nevado, el Ñuñorco, la Ventanita y Los Puestos, según la crónica del periodista. Minutos más tarde aterrizó en la “Cancha del avión”, totalizando una hora de viaje.

Las avenidas de Tucumán que no se hicieron y otras a medio camino

Durante los años siguientes los viajes en avión a Tafí se hicieron frecuentes en distintos tipos de aviones, como el Aconquija o el Waco. Desde 1936 los viajes fueron mermando, hasta que la inauguración del camino en 1943 (hoy ruta 307) hizo desaparecer definitivamente los vuelos.

Luego volvió a usarse el avión en algunas ocasiones, cuando había cortes prolongados del camino, como ocurrió a comienzos de la década del 60 en que el gobierno organizó puentes aéreos en el verano por un derrumbe en la ruta que dejó aislada a la villa por más de 40 días.

Un problema que, aunque en menor medida, sigue ocurriendo hasta la actualidad.

FOTO. La iglesia de Tafí del Valle vista por el fotógrafo de LA GACETA.

Más allá de la suspensión de los vuelos frecuentes, desde la década del 30 se viene planteando la necesidad de construir un aeropuerto en Tafí del Valle, en beneficio de los propios tucumanos y tafinistos, los veraneantes usuales y del turismo nacional e internacional que atrae ese valle y que crece año tras año.

Se plantearon varias posibles locaciones para la aeroestación, pero nunca prosperaron.

Hace 24 años Aeropuertos Argentina 2000 anunció la construcción de un aeropuerto en Tafí del Valle, como parte de un gran paquete de obras aeronáuticas. Por la crisis de 2001 estas obras no se concretaron.

El último intento se hizo durante la segunda gestión de Juan Manzur, como obra paralela al proyecto del Centro de Alto Rendimiento Deportivo en Altura, en Tafí del Valle, cuya primera etapa iba a estar destinada a deportistas de remo y canotaje. La conexión entre el Aeropuerto Benjamín Matienzo y una pista en Tafí resultaba imprescindible para que esta obra fuera viable, sobre todo para deportistas provenientes de otras provincias y distintos países.

Con aviones modernos, como un Cirrus SR22, las simulaciones indican que ese viaje demandaría hoy sólo 20 minutos.

En julio de 2023 Manzur anunció que se iba a licitar la primera de las tres etapas que tenía el proyecto del Centro de Alto Rendimiento. Nunca más se supo de esta idea, cuyos planos y maquetas, como tantos otros, deben juntar polvo en algún despacho oficial.

(Fuentes: “Una historia de Tafí del Valle” (2011), de Carlos Páez de la Torre (h) y Pedro León Cornet y aeropuertotucuman.blogspot.com)