La muerte de Virginia Franco, reconocida psiquiatra de 68 años, sacudió a la ciudad de La Plata y abrió un interrogante inquietante sobre las últimas horas de su vida. La autopsia, realizada tras el hallazgo del cuerpo en su vivienda de City Bell, aportó detalles estremecedores que llevaron a recaratular la causa como “homicidio en ocasión de robo”.

El informe forense confirmó que Franco murió a causa de un shock hipovolémico, provocado por un profundo corte en el cuello que le generó una pérdida masiva de sangre. Las lesiones defensivas registradas en manos y antebrazos revelan que la víctima intentó resistirse al ataque, lo que da una dimensión aún mayor a la violencia del hecho.

En paralelo, los investigadores constataron que la casa estaba completamente revuelta y que faltaba el teléfono celular de la psiquiatra, un elemento clave que refuerza la hipótesis de un robo que derivó en el crimen.

La Policía bonaerense trabaja ahora en el relevamiento de cámaras de seguridad, tanto públicas como privadas, con el objetivo de reconstruir los movimientos previos y posteriores al hecho. También se analizan otras pruebas que podrían ofrecer pistas sobre el agresor o los agresores.

El hallazgo que conmocionó a City Bell

El cuerpo de Franco fue descubierto el sábado. Un amigo cercano, quien tenía acceso a su casa y manejaba incluso sus cuentas bancarias, llamó al 911 tras encontrarla sin vida en su vivienda ubicada en Cantilo, entre 15A y 17, en la localidad de City Bell. La escena era devastadora: la psiquiatra yacía sobre un charco de sangre que evidenciaba la brutalidad del ataque.

Este hombre fue demorado de manera preventiva, dada su relación de confianza con la víctima y su presencia en el lugar. No obstante, recuperó la libertad horas después y, según fuentes judiciales, no está siendo investigado en este momento.

Mientras la causa avanza y las pericias se multiplican, la comunidad permanece consternada por un crimen que no solo arrebató la vida de una profesional muy apreciada, sino que también dejó al descubierto la ferocidad de un ataque que todavía busca un responsable.