En medio del movimiento político que atraviesa San Martín de Tucumán rumbo a las elecciones del 30 de noviembre, una figura conocida decidió despejar cualquier especulación. Guillermo Norry, ex interventor de Alberdi, hincha reconocido y socio del “santo”, confirmó que no será candidato a presidente ni integrará ninguna lista en el proceso electoral.
“Prefiero la libertad de la platea, donde nos abrazamos, lloramos, festejamos y sufrimos”, expresó. Norry, que suele mantener diálogo con distintos sectores de la vida institucional, aclaró que su participación no será dirigencial: “Converso con todos, pero no seré dirigente. Soy hincha de San Martín hasta la tumba, pero no me meteré en esta elección”.
El ex interventor también se refirió al golpe anímico que significó la final perdida en Rosario, en donde San Martín cayó contra Aldosivi y se quedó sin ascenso en 2024. A un año de aquel desenlace, la herida sigue abierta. “Me quedé mudo y sigo mudo”, reconoció. Y fue más allá en su crítica a la manera en que se dio el desenlace: “San Martín perdió muchas finales, pero a lo San Martín. Esta final tuvo características que avergonzaron al hincha. No es el San Martín que conocemos, que amamos y que nos dio la razón de ser”.
Las declaraciones de Norry llegan en un momento en el que distintos espacios políticos evalúan presentar listas, mientras que la dirigencia actual encara el cierre de su ciclo. Su decisión de no participar formalmente, pero sí seguir involucrado desde su rol de socio, lo mantiene como una voz escuchada dentro de la comunidad “santa”.
Sus declaraciones pueden reordenar el mapa político en el "Santo"
Las palabras de Norry no pasan inadvertidas en un escenario electoral en el que todavía está en plena ebullición. En los últimos días, varios sectores internos habían dejado trascender que aguardaban un guiño del Gobierno provincial para terminar de definir si presentarían o no sus listas. Sin embargo, según pudo saber este medio, en la Casa de Gobierno ya está tomada la decisión de no apoyar a ningún candidato ni involucrarse en la contienda. Ese silencio oficial modifica el tablero y obliga a muchos a recalcular.
En ese contexto, la postura de Norry (una figura escuchada, con diálogo transversal y sin compromisos políticos internos) puede actuar como un punto de inflexión. Su renuncia explícita a participar de cualquier fórmula deja a más de un dirigente sin un eventual respaldo simbólico y abre la puerta a que algunos nombres desistan en las próximas horas. Con un padrón en depuración y un clima expectante, la retirada de Norry agrega una nueva pieza a un rompecabezas político que recién empieza a armarse.