La Argentina dio un paso inédito en oncología y comenzó a comercializar Vaccimel, la vacuna terapéutica creada por científicos para tratar el melanoma cutáneo en estadios tempranos pero de alto riesgo. Se trata de la primera inmunoterapia celular producida en el país para este tipo de cáncer, un trabajo que demandó más de 30 años de investigación y que atravesó un extenso camino regulatorio antes de llegar a los pacientes.
A diferencia de las vacunas tradicionales, Vaccimel no actúa de manera preventiva, sino como tratamiento adyuvante para personas con melanoma en estadios IIB, IIC y IIIA. La plataforma está diseñada para reducir la probabilidad de que la enfermedad reaparezca luego de la cirugía inicial. Tal como informó el Laboratorio Pablo Cassará al diario La Nación, el Hospital de Oncología María Curie será el primer centro en ofrecerla.
El acceso se realiza por el mismo circuito que los medicamentos oncológicos de alto costo, siempre bajo indicación de un oncólogo o un especialista en tumores cutáneos. Desde la empresa aseguraron que su valor es “comparable” al del anticuerpo monoclonal actualmente disponible, aunque con un perfil de efectos adversos considerablemente menor.
Cómo funciona
Las células del melanoma expresan antígenos diferentes a los de las células normales, pero el tumor suele desarrollar estrategias para pasar inadvertido ante las defensas del organismo. Vaccimel busca revertir ese ocultamiento mediante un esquema de 13 dosis que estimula al cuerpo a generar clones de linfocitos capaces de identificar y atacar células tumorales que puedan haber quedado tras la cirugía.
El investigador del Conicet José Mordoh, referente del proyecto, había explicado meses atrás a dicho diario que más del 60% de los pacientes tratados alcanza una respuesta que evita la recaída.
Los cálculos epidemiológicos difundidos entonces estimaban unos 1700 casos nuevos de melanoma por año en el país. Si se identificaran todos al momento del diagnóstico, alrededor de un centenar de pacientes por año podrían ser candidatos a esta terapia.
Una herramienta que se suma al arsenal contra la enfermedad
La dermatóloga Ana De Pablo, integrante de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) y subjefa del Hospital Austral, subrayó que no se trata de una vacuna para aplicar de manera masiva, sino una estrategia dirigida a quienes ya tuvieron un melanoma con características de mayor gravedad.
“Lo que busca es activar el sistema inmune para que ataque células tumorales que podrían permanecer ocultas”, explicó. Entre sus ventajas, mencionó la baja frecuencia de efectos adversos y la posibilidad de pasar a la terapia estándar actual si el tratamiento no funciona.
La también dermatóloga Ana Clara Acosta, jefa de Dermatología Oncológica del Hospital Ramos Mejía, valoró que su aprobación por Anmat abre un nuevo camino para pacientes con alto riesgo de recaída. Recordó que la quimioterapia tradicional ofrecía resultados limitados, mientras que los avances inmunológicos están modificando el pronóstico. “Hoy vemos pacientes con tumores agresivos bajo control a cinco o diez años”, señaló.
Chequeos y prevención: la regla ABCDE
En paralelo a los avances terapéuticos, la SAD insiste en la detección temprana, especialmente con la llegada del verano. La organización promueve el autoexamen mensual y la regla ABCDE para revisar lunares y manchas:
A: Asimetría
B: Bordes irregulares
C: Coloración variada o cambios de color
D: Diámetro mayor a 6 mm
E: Evolución (picazón, sangrado, costras)
Aunque el melanoma representa el 5% de los cánceres de piel, es el más agresivo. Detectado a tiempo, las chances de sobrevida son muy elevadas.