Un relevamiento promete modificar la planificación ambiental de la ciudad de San Miguel de Tucumán. El censo del arbolado urbano, a cargo de la Dirección de Arbolado del municipio capitalino ya permitió identificar más de 110.000 ejemplares de 299 especies distintas. Con un progreso del 76% de la superficie total, los datos preliminares revelan el potencial de crecimiento del patrimonio verde: se detectaron 20.000 puntos aptos para nuevas plantaciones en distintos sectores de la Capital.

Juan Pablo Juliá, doctor en Biología, especialista en conservación y coordinador del censo, calificó el proyecto como una experiencia interesante. Enfatizó que se trata de un trabajo sin precedentes para la ciudad. “La Municipalidad va a tener un censo completo, actualizado y con un montón de información sobre el arbolado de la ciudad”, afirmó. Consideró que esta base de datos permitirá fortalecer la gestión sustentable y definir criterios claros para el futuro.

El valor del arbolado

Juliá destacó el rol fundamental que cumple el arbolado urbano en la vida cotidiana. “Hasta ahora no teníamos una idea clara de cuántos árboles teníamos, en qué estado estaban, qué especies había, cuáles necesitaban renovarse o dónde necesitábamos renovar”, señaló.

EQUIPO. Los censistas ya relevaron el 76% de la superficie de la ciudad.

A su criterio, esa ausencia limitó la capacidad de planificación. “Cada día se piensa más como parte de la infraestructura de la ciudad. El árbol es tan importante como las veredas, las calles, la luminaria o los semáforos”, sostuvo.

Insuficientes acciones de prevención sobre el arbolado

El avance del censo permite corregir esa falta de datos. Según detalló el especialista, ya se completó el registro de toda la zona centro y la zona sur, mientras que el equipo trabaja actualmente en la zona norte. “Llevamos más de 110.000 identificados y más de 20.000 puntos que necesitan evaluación para plantar nuevos árboles”, precisó.

Conectividad ecológica

El biólogo explicó los objetivos centrales del relevamiento, entre ellos la búsqueda de una mayor conectividad ecológica. Indicó que el arbolado contribuye a disminuir el calor a nivel del suelo, reducir la polución y favorecer el bienestar social. “El arbolado se asocia a altos niveles de bienestar social”, remarcó.

CENSO. Se identificaron 110.000 ejemplares de 299 especies distintas.

También subrayó el valor estratégico del patrimonio arbóreo. “Estamos hablando de un activo sumamente importante, muchas veces descuidado durante gestiones anteriores y durante décadas, y que además tiene un valor económico enorme”, expresó. Para ilustrarlo, pidió pensar en el costo de cada ejemplar adquirido y plantado, multiplicado por los años que puede vivir. Mencionó que algunos lapachos y otras especies urbanas superan los cuarenta o cincuenta años.

Por una política de arbolado urbano

Juliá adelantó que la base de datos recopilada permitirá generar nuevos análisis. Señaló que aún quedan líneas de trabajo por desarrollar. “Vamos a ver si podemos, a partir de esta base de datos, generar nueva información que nos permita poner en valor este activo municipal”, agregó.

El trabajo en territorio

Alba Herrera, censista e integrante del equipo que recorre la ciudad, explicó que el relevamiento se concreta con la aplicación MuniArbol, una herramienta que permite registrar numerosos datos sobre cada ejemplar. “Nosotros tenemos que estar muy capacitados para poder conocer las especies con las que nos vamos encontrando”, dijo.

Destacó la diversidad observada y comentó que registraron especies representadas por un solo ejemplar en todo el municipio y otras que antes no estaban reportadas.

Datos para planificar

Herrera detalló algunos de los parámetros que se cargan en la aplicación. Enumeró la altura, el diámetro y el estado fitosanitario. Indicó que esa información resulta clave para definir intervenciones. “Porque eso es muy importante para la Dirección de Arbolado, para poder intervenir, ya sea con una poda de mantenimiento o algunas extracciones que sean necesarias”, explicó y añadió que cada registro incluye un diagnóstico básico. Se describe si el ejemplar se encuentra en buen estado, si es joven, si fue implantado recientemente o si ya está muerto. Esa clasificación permite que las cuadrillas identifiquen prioridades.

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La censista señaló que también se marcan los lugares donde faltan árboles. “Todos esos datos recabados le sirven a Arbolado para poder intervenir. También vamos registrando los lugares donde hace falta y donde se cumplen las normativas para planificar próximas plantaciones”, aseguró.