A las cuatro de la tarde, con un sol que se hacía sentir sobre el parque 9 de Julio, comenzó la quinta edición del Urban Indie, el festival que en poco tiempo se volvió una referencia para la música alternativa en Tucumán.
El Palacio de los Deportes, un espacio amplio, abierto y con tribunas que empezaron a poblarse desde temprano, recibió a los primeros asistentes que llegaron con mates, cervezas frías y la tranquilidad de quienes buscan vivir un evento a su propio ritmo.
La grilla anunciaba una tarde larga y variada, con artistas emergentes locales y figuras nacionales como Louta, Bándalos Chinos y Sara Hebe. Pero antes de que llegaran las estrellas más convocantes, la escena tucumana ocupó el centro del escenario.
Maze2K y Lucha Cruz fueron de los primeros en cantar, cada uno con un estilo propio que marcó el pulso de lo que sería una jornada atravesada por la identidad provincial. Para las seis de la tarde, Sakatumba tomó el escenario con un show potente que terminó de encender el clima festivo.
Aunque el sol aún pegaba, las tribunas del Palacio ofrecían un respiro. Desde allí, grupos de amigos observaban los shows entre charlas, risas y vasos que se llenaban de vez en cuando. No había sombrillas ni carteles adicionales, pero la dinámica del lugar otorgó una sensación de armonía: personas sentadas tomando mate, otras paradas moviéndose al ritmo de la música, algunas familias con bebidas frías y quienes preferían recorrer los stands de emprendedores.
Voces del público
Entre la gente, Inés Haedo, de 37 años, se acercó para contar a LA GACETA que había venido para ver a Hebe, Louta y también a la tucumana LaRuth. “Es la primera vez que voy a verlas en vivo y me encanta este espacio. Todo suena muy bien y me gusta que haya propuestas así para bandas emergentes”, remarcó mientras observaba el escenario. Para ella, el Urban Indie no sólo convocaba por los artistas más reconocidos, sino porque le abre sus puertas a proyectos nuevos.
Unos metros más adelante, Paula Alonso y Esteban Pedraza Azul disfrutaban su tarde festivalera. Para Paula, era su tercera edición; para Esteban, la cuarta consecutiva. Los dos habían llegado con la expectativa puesta en Bandalos Chinos. “Me encanta que sea en el Palacio. Es amplio, cómodo, perfecto para venir con amigos”, contó Paula. Esteban agregó: “Está buenísimo que haya espacio para los artistas tucumanos. Maze2K la rompió”. Para ambos, la experiencia del Urban Indie es una combinación de música, amistad y descubrimientos.
Corazón que late fuerte
A Lourdes, de 34 años, el encuentro le dejó una marca especial. Era su primera vez en el Urban Indie, pero no su primer momento del día: había cantado junto a Maze2K y todavía sentía la adrenalina del show.
“No conocía el Palacio de los Deportes y me encantó. La organización, la cartelera, todo. Lo que más valoro es el espacio para los músicos tucumanos”, contó. También celebró el espíritu del festival: “Me parece hermoso que no sea sólo estar frente al escenario: podés caminar, tomar algo, comprar ilustraciones, hablar con gente. Tiene otra vibra que un recital común”.
Agostina Nochi, que asistía por segunda vez, observaba el escenario esperando el turno de los referentes nacionales. Había llegado para ver especialmente a Lucha Cruz, a Louta y a Bandalos Chinos.
“Me encanta la diversidad de artistas y que mezclen tucumanos con nacionales. Louta prometió un show explosivo (en la entrevista publicada ayer por LA GACETA) y Bandalos me da mucha expectativa. Es la primera vez que los voy a ver en vivo”, expresó. Para ella, la actividad representa una apuesta cultural que Tucumán necesitaba.
Tarde que se encendía
Mientras la tarde avanzaba, la temperatura bajó suavemente. Las nubes que se asomaron cerca de las 19 trajeron un alivio que el público recibió casi como un regalo.
Ese cambio en el clima marcó también un punto de inflexión sobre el escenario: la transición entre el segmento local y la llegada de los números nacionales empezaba a sentirse en el aire. Las luces, que hasta entonces acompañaban el día, se volvían más vibrantes a medida que el cielo se oscurecía.
La energía creció sin sobresaltos, pero con intensidad. Aunque no había grandes estructuras decorativas, el público se acomodó de manera natural.
Los mates pasaban de mano en mano en las tribunas, algunos compartían bebidas, otros se ubicaban frente al escenario para no perderse nada, y la sensación general era de calma, disfrute y comunidad.
Logro repetido
Cuando las luces empezaron a encenderse con más fuerza, la sensación era inequívoca: el Urban Indie había vuelto a lograrlo. Había creado un espacio donde la música emergente, la cultura independiente y el público tucumano se encontraban sin filtros. Y aun así, la tarde recién despegaba.
Al cierre de esta edición, todavía quedaba mucho por vivir. El público esperaba con entusiasmo la llegada de Louta con su show explosivo, de Sara Hebe con su fuerza arrolladora y de Bandalos Chinos con esa energía “muy intensa” que habían prometido en diálogo con LA GACETA.
Desde las tribunas hasta el campo, el murmullo se transformaba en expectativa mientras el escenario, vibrante y luminoso, anunciaba que lo mejor estaba por venir.
Arte local
En medio del recorrido de los distintos stands (con arte y textiles), la ilustradora digital Luisina Soria Arancibia, creadora de la marca Ruu dibujos, también compartió su mirada.
Había llevado su producción personal, entre “recetas de la fortuna” y cuadritos ilustrados. “Me encanta que el Urban Indie combine música y arte. Reforzar el talento local es clave”, remarcó. Valoró especialmente la presencia de ferias y emprendedores en el predio: “Activa otras economías, desde ilustradores hasta artesanos. Y cerca de las fiestas, esto ayuda mucho”.
Aunque no estuvo en la edición de junio, recordó una edición anterior realizada también en el Palacio y notó que “el lugar está muy lindo y renovado”. Para ella, la experiencia era tan inspiradora como accesible.