TOKIO.- Japón encaraba la mañana del sábado la devastación a lo largo de su costa nororiental (hay 12 horas de diferencia entre Argentina y el país oriental) con arrasadores incendios y ciudades inundadas parcialmente, el día después de un fuerte terremoto y posterior tsunami que podrían haber dejado al menos 1.000 muertos.
El amanecer dejó de manifiesto la magnitud de los daños causados por el terremoto de magnitud 8,9 -el más fuerte en Japón desde que comenzaron los registros- y el tsunami con olas de hasta 10 metros de altura que azotaron ciudades y aldeas arrasando todo lo que estaba a su paso.
En una de las áreas residenciales más afectadas, se podía escuchar a personas enterradas bajo los escombros gritando por ayuda y expresiones como "¿cuándo vamos a ser rescatados?", según la agencia de noticias Kyodo. Se estima que unas 100.000 personas aún están desaparecidas El Gobierno advirtió que podría haber una pequeña filtración de la radiación de un reactor nuclear cuyo sistema de enfriamiento quedó destruido por el terremoto. El primer ministro Naoto Kan ordenó que la evacuación en la zona aledaña a la planta fuera ampliada a 10 kilómetros a la redonda, desde tres kilómetros. Unas 45.000 personas ya habían sido sacadas de la zona de peligro. El mandatario sobrevoló hoy las zonas más afectadas con el temor de que la cifra de muertos sea cada vez mayor. Imágenes de TV japonesas mostraron casas, autos y camiones arrastrados como juguetes por la fuerza del tsunami. (Reuters-DPA)