Es el más verborrágico de los ex policías de Banda del Río Salí. Andrés Fabersani era el oficial de turno el día que mataron al juez Agustín Aráoz. A él recurrió Ema Hortensia Gómez para comentarle que creía que el magistrado estaba muerto. Además, fue el que le comentó al comisario Rodolfo Domínguez de la situación. Hoy, actúa casi como un codefensor de Darío Pérez, de cuya inocencia dijo estar convencido.
Fabersani mantuvo una postura distinta a la de sus ex colegas. No se dedicó solamente a defender su situación, sino que buscó pruebas para probar un supuesto asado en el que, según un testigo que vive actualmente en la casa de su madre, Gómez asesinó al juez. "En la Policía me formé como investigador. Por eso me dediqué a buscar pruebas para que se conozca la verdad. No era amigo de Darío Pérez al momento del crimen, pero ahora confío en su inocencia", dijo.
El ex oficial decidió ampliar su declaración, y por primera vez involucró a quien era su jefe. "La decisión de llamar a la ambulancia era de Domínguez. Tampoco sé por qué dejó que nos relevaran de la investigación", manifestó. Además, contó nuevas situaciones que en ninguna de las declaraciones anteriores había sostenido. Así, dijo que forcejeó con Ema Gómez antes de que ella ingresara a la casa; que Pérez le mostró el mensaje de texto que le había enviado la ex agente, cuando él se encontraba con Domínguez, en la puerta de la comisaría de Yerba Buena; y que la ex agente tenía un bolso la noche del crimen.