No es una más de las muchas fuentes de Roma. A la barroca Fontana de Trevi la hizo el arquitecto Nicola Salvi en 1762, pero se convirtió en uno de los símbolos de la Città eterna en 1960, cuando Anita Ekberg decidió bañarse en ella junto a Marcello Mastroianni, por orden de Federico Fellini, escena clave de "La dolce vita" (www.youtube.com/watch?v=3o15UTomYsc).

El sábado se desprendieron varios fragmentos de la cornisa lateral izquierda (de unos 8 cm de largo) que por suerte no causaron daños a los transeúntes que circulaban por la zona. El domingo, los turistas no pudieron tirar de espaldas las dos monedas (como manda la tradición) porque fue vaciada para repararla lo antes posible. Y mientras caía el estuco, se volvía a encender el debate sobre la precaria conservación del patrimonio italiano.

El superintendente de Bienes Culturales, Umberto Broccoli, minimizó el asunto y explicó que el desprendimiento pudo deberse a la nieve que cayó en febrero en Roma. Hace unos meses cayeron trozos del Coliseo y la semana pasada, en el Acueducto Claudio. El síndico Gianni Alemanno declaró a La Reppublicca que gestionará un fondo especial para proteger los monumentos más importantes de Roma.