BUENOS AIRES.- La economista Diana Mondino consideró que el reciente fallo de la justicia de Nueva York adverso para la Argentina es "sumamente razonable", porque no se puede discriminar en el pago de deuda entre los bonistas que aceptaron el canje y los acreedores que no estuvieron de acuerdo con esa reestructuración. Por su parte, el ex presidente del Banco Central, Martín Redrado, juzgó como un error que, en el marco de la reestructuración de la deuda en default, el Gobierno haya cerrado la posibilidad de entrar al canje más adelante a los acreedores que no aceptaron esa operación. Un tribunal de Apelaciones de Nueva York, Estados Unidos, dictaminó el viernes último que la Argentina "discriminó" a los tenedores de bonos en default que rechazaron ingresar en los canjes de 2005 y 2010, al decidir pagarles "después" de aquellos que sí entraron en las negociaciones. Se trata de la Corte de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York, que ratificó un fallo del juez Thomas Griesa de febrero pasado, causa en la que, entre otros, litiga el fondo NML, con sede en las Islas Caimán, que exige más de U$S 370 millones y logró que la justicia de Ghana retenga en un puerto a la fragata Libertad, desde el 2 de octubre pasado.
La Cámara neoyorquina, por fallo unánime de sus tres integrantes, afirmó que la Casa Rosada violó el "tratamiento igualitario" que debía a los bonistas en el marco de las reestructuraciones de deuda tras la crisis de 2001, por más de U$S 100.000 millones.
Para Diana Mondino "ese fallo era sumamente esperable y muy razonable de acuerdo a lo que son las leyes americanas, era muy predecible con respecto al pago de la deuda". La economista planteó que la sentencia "básicamente lo que indica es que cuando uno va al equivalente de una quiebra o a una convocatoria con algunos acreedores, a los que no estuvieron de acuerdo hay que pagarles lo mismo que a los demás".
Redrado subrayó que el 92% de los que tenían títulos en 2001 que cayeron en cesación de pagos han canjeado por nuevos títulos". Según evaluó, "el error que se cometió en 2010 es no dejar abierta la posibilidad para que los que quieran canjear por nuevos títulos lo puedan hacer, con la penalidad de no percibir los intereses atrasados". (DyN)