Una niña de 8 años dibuja. Lápices de colores y el vuelo de la imaginación -o del subconsciente- aparece de pronto en una hoja de papel. Los trazos van y vienen y estilizan las figuras. La pequeña dibuja una cama, con ella acostada, un adulto con sus partes privadas al descubierto penetrando su cuerpo, y hacia el otro costado dos personas más durmiendo.
En conjunto, el dibujo recrea una situación que se repite una y otra vez en la memoria, en el recuerdo. Es lacerante, conmueve, acongoja, hiere. Y muchas veces inmoviliza. Ante los ojos de los especialistas, el trabajo revela que la niña fue abusada sexualmente.
De entre 3 niños que son abusados sexualmente, solo en uno los padres se dan cuenta y actúan. Los otros ni se lo imaginan. A esta conclusión llegó un estudio realizado por la Fundación EPASI (Equipo de Prevención del Abuso Sexual Infantil), sobre 45 casos comprobados de abuso sexual en chicos menores de 17 años.
"El informe reveló que entre esos 45 casos, solo en 15 sus padres sabían lo que estaba ocurriendo con sus hijos, pero para el resto -la mayoría-, el hecho pasó totalmente inadvertido", apuntó Viviana Salinas, psicóloga social y presidenta de la Fundación.
La especialista habló con LA GACETA en el marco de las actividades organizadas para despertar conciencia en el marco del Día Internacional contra el Abuso Sexual Infantil, que se conmemora hoy.
Consciente de que la fecha no es muy difundida, el EPASI se ha impuesto como objetivo generar acciones que promuevan conciencia y prevención, a través de talleres, charlas y capacitación a padres, docentes, profesionales y público interesado. Cuentan con bibliografía y materiales didácticos para formar preventores, sobre todo a docentes. "Lamentablemente no hay estadísticas oficiales sobre los casos de abuso ni política de Estado capaz de generar una campaña permanente sobre esta problemática, que atraviesa todos los estratos sociales", sostuvo la especialista durante las jornadas de formación, que se realizaron en la sede de la Fundación (altura Chile al 3900). Participaron profesionales, docentes y padres de más de seis países, incluida la comunidad wichi de Bolivia, y numerosas provincias argentinas.
Pornografía y pedofilia
Los dibujos, la pintura, el psicodrama, el modelado con plastilina, entre otras técnicas, suelen ser formidables vehículos por los cuales los niños pueden representar sus angustias y dolores.
La especialista explicó que en la mayoría de los casos el abuso de los niños es intrafamiliar: el responsable es alguien que frecuenta al niño o cuida de él.
El EPASI indagó otro nicho donde se profundiza la vulnerabilidad de los chicos: Internet, y analizó que el 75% de chicos de 9 a 12 años ya consumió pornografía, y cada vez baja más la edad. "Estos datos nos alarman, y mucho tiene que ver en estas experiencias la influencia negativa en el aprendizaje de la sexualidad", explicó.
Indicó que los adultos deben abrir los ojos y las mentes para poder proteger a los niños. Dijo que el EPASI está siguiendo, en otra provincia, a una red de pedófilos que capta a niños de 5 a 14 años. "Los atraen en un ciber bien ornamentado, con videojuegos y golosinas; los exponen a mirar pedofilia de dibujos animados. La idea es acostumbrar a los chicos a ver como algo natural los actos pedófilos. Los drogan con caramelos para abusar de ellos, los filman y luego les hacen ver el video", contó Salinas.
"Hay que mejorar los aprendizajes sobre las normas de seguridad y escapes en situaciones de riesgo; la escuela no debe ocultar sino concientizar y contener a los chicos que han pasado por esas experiencias", subrayó la especialista.