BUENOS AIRES.- Las presidentas de Argentina, Cristina Fernández, y del Brasil, Dilma Rousseff, acordaron ayer poner en marcha mecanismos más ágiles para resolver controversias comerciales, aunque la mandataria argentina recibió quejas por las restricciones a las importaciones.

Ambas jefas de Estado estuvieron reunidas por casi 45 minutos en el marco de la 18 Conferencia Industrial Argentina, en el hotel Sofitel de Cardales, Buenos Aires. "Acordamos mecanismos más rápidos", dijo Cristina al hablar frente a los industriales de la región. La mandataria afirmó que cuando se producen problemas, es necesario abordar una metodología menos protocolar y burocrática para ir solucionándolos. "Luego de la crisis, la integración no es reclamo; pasó a convertirse en necesidad para poder mantener los logros conseguidos durante esta década ganada", afirmó.

La Presidenta coincidió con su par brasileña que los países desarrollados tratan de trasladarnos la crisis a través de políticas monetarias expansivas.

A pesar de los claros mensajes en favor de la integración, Dilma Rousseff incluyó dentro de su discurso, más acotado y leído, el tema de las barreras comerciales de Argentina a productos de su país. "Es indudable que las restricciones administrativas afectaron a las exportaciones brasileñas", dijo. Rousseff también deslizó una queja por el ingreso de productos de "terceros socios" en el mercado argentino, en reemplazo de productos regionales. (DyN)