Puede ser algo que escuchás, una palabra o la imagen de una travesti corriendo con los zapatos en la mano y llorando por el parque 9 de Julio. Los disparadores son muchos. "No creo en las musas ni en eso de esperar la inspiración", afirma Mario Costello, guionista, actor y director de teatro.

Esa imagen de la travesti fue el desencadenante para "Cómo mirar el sol tras el vestido", una obra de teatro que estrenó hace unos años y que cuenta la historia de una prostituta que se enamora de una travesti, a la que no puede dejar de ver como un varón.

Costello inició su carrera de actor a los 17 años, de la mano de Oscar Quiroga, y se recibió de intérprete dramático en la Facultad de Artes. De a poco fue dejando las poesías, los relatos y los cuentos para volcarse a la escritura de guiones de teatro. Un cambio que, asegura él, fue muy natural.

Desde el año pasado dicta un taller de escritura creativa y dramaturgia en Plaza de Almas. Su público es de lo más heterogéneo: abogados, amas de casa, artistas plásticos y actores. Al final del taller todos presentan una obra de teatro breve que es dirigida y representada por actores y directores de reconocida trayectoria.

"Muchos llegan pensando que es un taller literario más, pero luego se dan con la posibilidad de poner a prueba el producto", comenta Costello.

Para algunos el taller no deja de ser un pasatiempo. Otros tienen la firme convicción de que quieren dedicarse a escribir. Cualquiera sea la motivación, tener la posibilidad de que esa obra que cada uno inventó en cuatro meses llegue a escena no está nada mal. Evita peregrinar con un guión bajo el brazo (a lo que se ve obligado un autor novato) y se sabe que eso, al final, puede resultar desgastante o infructuoso.

"El proceso normal podría llevar años -comenta Costello-. No es sencillo ni menos automático, pero gracias a la colaboración de los seis directores y a los actores se pueden representar las obras en un tiempo récord".

Entre el 14 y 15 de diciembre se presentarán en la sala de El árbol de Galeano 11 obras breves de teatro semimontado. Los directores que intervienen son Pablo Gigena, Leonardo Goloboff, José Luis Alves, Silvia Gianfranscisco, César Romero y Rosendo García. Cada uno con su elenco.

"Lo cierto es que el guión nace para ser representado. Es el momento en el que ves si lo que creaste funciona o no", evalúa.

Las reacciones del público sirven para redescubrir la obra: "a veces se ríen de lo que no te imaginaste o al revés".

El debut

Costello se define como un escritor ecléctico, sin método definido y muy indisciplinado. En su taller el juego ocupa una parte importante porque sirve para derribar estructuras. Él arranca de las narraciones, relatos y la escritura espontánea para ir dando lugar a las técnicas de escritura dramática, que es la acción concreta.

Ya pasó varias veces por ese trance de enfrentarse al público como autor, actor y director. Desde hace siete años representa a Cristo en la obra La Pasión, del parque 9 de Julio. Un papel que -sugiere- ya cumplió un ciclo. "No sé si seguiré, aunque es difícil decirle adiós a un amor", afirma.

En los últimos años notó mucha inquietud por incursionar en la escritura creativa, es por eso que el taller se amplió a interesados fuera del ámbito del teatro. "Esa noche del estreno todos desbordan de alegría y nervios -destacó-. Está bueno y a mí me da mucha ternura".