Tiene un sexto sentido, ese que posee todo goleador y que los convierte en una raza distinta dentro del planeta fútbol. Gustavo Balvorín puede no hacer un gran partido, estar peleado con pelota 89 minutos, pero tiene una y no la desaprovecha. El artillero siempre dice presente cuando su equipo lo necesita; responde como mejor sabe: empujando la pelota hacia dentro del arco. Y anoche no fue la excepción.
El partido se moría y San Martín no encontraba el camino para llegar la gloria. Pero "Ring... Ring..." capturó una pelota perdida dentro del área y desató la fiesta en Bolívar y Pellegrini.
"Pude aprovechar la última jugada del partido y marcar la diferencia. Sacamos adelante un partido difícil ante un rival complicado, por suerte", afirmó el goleador "santo", que llegó a las 10 conquistas en el torneo.
San Martín no fue una maravilla, pero buscó la diferencia por todos los medios y al final encontró su premio. "Todo el equipo hizo un esfuerzo enorme. Gracias a Dios ganamos y por eso nos vamos muy felices", dijo "Balvo", que sabe que se ganó un partido más que importante antes de las vacaciones. "Le ganamos a un rival directo por el ascenso y eso no es poca cosa".
Unos minutos antes de pasar por caja, el as de espadas de La Ciudadela casi deja el campo. Alejandro Arco lo había expulsado por doble amarilla, sin embargo, a instancias de su asistente dio marcha atrás y el goleador festejó en el final. "Fue algo raro. Me estaba yendo pero por suerte el juez de línea fue justo y dijo que la jugada estaba invalidada", explicó.
"Ring... Ring" pide un deseo para la última parte. "Quiero lograr el objetivo que nos propusimos. Nada más", sostuvo el artillero. Ese objetivo no es otro que el ascenso.