"La Dirección Provincial del Agua (DPA) quiere deslindar responsabilidades con el cuero mío". De esta manera, el intendente de Famaillá, Juan Enrique Orellana, salió al cruce de un informe de la DPA firmado en octubre de 2010, mediante el que dictaminó que la construcción del balneario municipal podría ocasionar inundaciones en la "ciudad de la empanada", ya que la obra avanzó 40 metros sobre el cauce del río, según advirtieron dos ingenieros de la repartición.
El 20 de octubre de 2010, el ingeniero José Córdoba, jefe del Distrito IV de la DPA, informó por escrito sobre la situación del balneario al jefe del Departamento Obras por Administración de la DPA, Carlos Rodríguez. "Atento a lo solicitado por un grupo de vecinos del barrio Elías Pérez, ubicado sobre la margen izquierda del río Famaillá, el día 19 del corriente se llevó a cabo una inspección y se constató que la Municipalidad de Famaillá se encuentra realizando una obra con características de balneario, avanzando sobre dicha margen, hacia el eje del río", expresaba Córdoba en su informe. Y agregaba: "como consecuencia de estos trabajos, no hay duda de que el río funcionará en ese lugar como cuello de botella. Además, se construyó un sistema de defensas para proteger esta obra, lo que va a generar un golpe sobre la margen izquierda, que dará lugar a una segura e indefectible inundación de los barrios que se hallan sobre la otra margen, repitiéndose lo que se vivió el 23 de enero de 1993".
En diálogo con LA GACETA, Orellana no sólo cargó contra la repartición provincial encargada de bregar por el mantenimiento de los ríos. El jefe municipal también cuestionó al Gobierno nacional de Cristina Fernández de Kirchner. "El Gobierno nacional puso esos carteles que dicen 'Aquí también crece la Nación' y prometió inversiones millonarias. No hay una sola máquina y los trabajos no se hicieron. La verdad, yo no sé dónde está la plata o si la mandaron o no. Me acuerdo que una vez vino una empresa, sacó 10 camionadas de ripio y no volvió más. A las máquinas las ponemos nosotros", fustigó el hermano mellizo del legislador José Fernando Orellana.
¿Alguna vez la DPA le advirtió sobre los potenciales riesgos que generaría la construcción del balneario?, se le consultó. "Nunca nos informaron de nada, ¿sabés por qué? Porque la DPA se lava las manos. La repartición antes tenía como 60 obreros, se fueron jubilando o muriendo, y ahora tienen tres o cuatro viejitos que no pueden hacer nada. Nosotros tenemos que estar tapando los agujeros cuando es responsabilidad de la DPA", cuestionó Orellana.
¿Entonces la DPA miente cuando dice que el balneario ocupó 40 metros del río Famaillá?, se le inquirió. "Quiero hacer una salvedad. El río, a la altura del balneario, tiene 80 metros de ancho y ellos dicen 60 metros. En realidad son 20 metros los que se ocuparon. Los invito a que vengan a medir si quieren. El problema no es el balneario. El problema es el puente que está a 100 metros más abajo. Si se producen tormentas, el cuello de botella se producirá en el puente porque el río, en ese lugar, no tiene más de 30 metros de ancho", explicó el jefe municipal, al tiempo que agregó: "la DPA me quiere echar la culpa a mí cuando el problema es el puente y hace 15 años que pedimos soluciones y miran para otro lado. Hay partes del río que tienen seis metros de ancho, si no fuera por nosotros, Famaillá ya se hubiera inundado y hace 15 años que no tenemos ninguna inundación".
"Es para los humildes"
Pese a las críticas de los vecinos el barrio Elías Pérez y de la propia DPA, Orellana defendió con vehemencia la construcción del balneario municipal. "Nosotros lo construimos con mucho esfuerzo e hicimos ese balneario que hoy nos da grandes satisfacciones, porque lo pueden disfrutar todos los famaillenses, y fundamentalmente los humildes. Porque el que tiene plata se va a Miami, a Mar del Plata o a la pileta de su country. Antes, allí había una laguna que contaminaba el río", concluyó el intendente.