Podrían cambiarle el nombre al trofeo y bautizarlo como "Balón de Lionel Messi", porque el argentino rompió ayer otro récord al ganar su cuarto trofeo consecutivo a mejor futbolista del año y no parece dispuesto a pararse. Lionel Messi era el gran favorito y no hubo sorpresa en la gala organizada por la FIFA en el Kongresshaus de Zúrich, donde el portugués Cristiano Ronaldo y español Andrés Iniesta tuvieron que conformarse con el segundo y tercer puesto, respectivamente.
"Es increíble poder conseguir el cuarto, y que sean seguidos es impresionante", dijo el rosarino, que enfundado en una atrevida chaqueta negra con lunares blancos confesó estar "muy nervioso".
"Quiero compartir el premio y agradecérselo a mis compañeros de Barcelona y especialmente a Iniesta. Para mí es un orgullo estar a tu lado y jugar todos los días con vos", añadió el delantero, que también recordó a sus "compañeros de la Selección".
Messi dedicó el premio también a su familia y amigos. "Y por último y muy especialmente a mi mujer y mi hijo que es lo más bonito que me dio Dios", señaló "La Pulga", que en 2012 tuvo a su primer descendiente, Thiago.
Messi ha monopolizado el premio en las últimas cuatro ediciones y, a los 25 años, nadie sabe cuántos trofeos más será capaz de acumular. Nadie desde la instauración del premio en 1956 fue capaz de ganarlo cuatro veces. Johan Cruyff, Marco van Basten y Michel Platini lo hicieron en tres ocasiones, y sólo el último de forma consecutiva. Cristiano e Iniesta fueron más exitosos en lo colectivo en 2012, sin embargo, al igual que en 2010, cuando su compañero de equipo Iniesta sonó como favorito tras marcar el gol del triunfo de España en el Mundial de Sudáfrica, Messi se llevó el galardón sin necesidad de un gran campeonato. El magnetismo de su fútbol, que le llevó a ser el máximo goleador de la Liga de Campeones con 14 tantos y a marcar la impensable cifra de 91 goles durante 2012, fue suficiente.
La elección del Balón de Oro es perfectamente democrática: influye lo mismo la opinión de los seleccionadores de Italia o Brasil que la de los de Vietnam o Islas Feroe. Vale igual lo que diga el capitán de Inglaterra que el de Mongolia o Guinea Ecuatorial.
Hubo otras sonrisas
La gala fue una celebración del fútbol español, tanto de su selección como de su Liga. El seleccionador español, Vicente del Bosque, se llevó el galardón a mejor DT, por delante de Pep Guardiola (ex Barcelona) y José Mourinho (Real Madrid). "Los que amamos el fútbol estamos obligados a defender el fútbol, a mimarlo y a quererlo, y a trasladar también la mejor ética y conducta personal", sostuvo el "Bigotón".
Todos los futbolistas elegidos en el 11 ideal de 2012 (ver aparte) juegan en España y seis de ellos lo hacen en su selección (campeona mundial y europea).
No todo fue color español en la ceremonia. La mejor jugadora fue la estadounidense Abby Wambach, el premio al gol del año se lo llevó el eslovaco Miroslav Stoch y el de mejor DT femenina se lo quedó la norteamericana Pia Sundhage, que se atrevió a cantar en su discurso de agradecimiento.
El momento culminante fue, sin embargo, cuando el italiano Fabio Cannavaro abrió el sobre lacrado con el nombre de Messi y lo convertía en un futbolista único.
"Si Messi sigue a este nivel, es difícil que alguien pueda superarle", avisó Del Bosque. Para el "Cerebro" Iniesta, su compañero puede ganar todos los Balones de Oro "que se proponga".
Desde que en 2010 la FIFA y la revista "France Football" fusionaron sus respectivos premios, el fútbol tiene una referencia más clara, ésa de que no pudieron valerse Diego Maradona o Pelé, "vetados" en su tiempo para un Balón de Oro que sólo premiaba a europeos.
El liberiano George Weah inauguró la internacionalización del Balón de Oro en 1995 y la FIFA cedió ante la tradición en 2010 fusionando su premio para convertirlo en el Balón de Oro de la FIFA. El 10 del Barcelona parece ahora dispuesto a transformarlo en el Balón de Oro de Messi.