La reducción de las cargas sociales sobre los salarios es el mejor instrumento si realmente quiere lograrse una sociedad con mayor equidad. En el país, contrariamente, esas obligaciones impactan siete veces más que el impuesto a las Ganancias. Esas son algunas de las conclusiones de un estudio realizado por la consultora Idesa.
De acuerdo con ese trabajo, un empleado casado con dos hijos pagó durante 2012 cargas sociales -sumando aportes personales y las contribuciones patronales- que significaron un 43% del sueldo, muy por encima de lo que se deducen en países desarrollados. Esta referencia se conoció en el mismo día en el que la presidenta, Cristina Fernández, anunció la modificación del mínimo no imponible.
"Si (el empleado) tuvo un salario promedio de $ 7.000, no tributó impuesto a las Ganancias y si tuvo un haber equivalente al doble, de $ 14.000, tributó un 6%. Es decir, aún en el tramo de salario medio-alto ($ 14.000), la presión del impuesto a las Ganancias es siete veces menos que las cargas sociales (como obra social o ART)", explica el centro de estudio, especializado en el mercado laboral y la seguridad y la asistencia social, entre otros sectores.
Los especialistas de la consultora expresan que la mayoría de los asalariados de los países avanzados pagan impuesto a las ganancias y en porcentajes mayores que en Argentina, y en contrapartida, las cargas sociales no llegan a un 43% como sí ocurre en el país. "La tendencia es usar la moderación de cargas sociales como factor de estímulo al empleo y el aumento de los salarios preservando la competitividad, y el impuesto a las ganancias para incorporar equidad", destaca.
Idesa hace hincapié entonces en que el condimento esencial para alcanzar la "equidad social" en Argentina es poner énfasis en los impuestos progresivos, y recomienda que, en lugar de pretender encauzar las negociaciones salariales de 2013 reduciendo el impuesto a las ganancias, la reducción de las cargas sociales es el mejor instrumento para construir una sociedad más integrada. El informe refiere que en el caso de un empleado soltero, con un salario mensual de $ 7.000, se tributa un 2% de impuestos a las Ganancias y si gana el doble, está gravado con un 12% del salario. Así, el porcentaje de Ganancias para un ingreso medio-alto es mayor que para un trabajador casado con 2 hijos, pero mucho menor que el 43% de cargas sociales. (DyN)