Ayer se celebró en todo el mundo el Día Internacional de la Internet Segura, una jornada para recordar los riesgos que corremos en la web y los pasos que debemos seguir para reducirlos al mínimo. Algunos consejos ya han sido dados hasta el hartazgo, pero nunca está demás repetirlos. Y es que, conforme pasan los años, son cada vez más los datos que dejamos suspendidos en la red: desde cuestiones laborales, hasta nuestro estado de ánimo o la última conquista del fin de semana. Todo pasa por Internet, y si no se toma conciencia de los peligros que corremos somos presa fácil de los ciberdelincuentes. Y si no, pregúntenle a Florencia Peña o a Fátima Florez...
Mientras en Madrid se llevó a cabo el "II Congreso Nacional Joven y en Red", Google Argentina organizó una conferencia de prensa para refrescar la memoria de los usuarios sobre cómo estar protegidos. Una buena parte de la seguridad corre por cuenta de los sitios y empresas que utilizamos a diario, pero otras cuestiones son propias del internauta.
En la teleconferencia de Google, vía hangout desde sus oficinas en Puerto Madero, estuvo al frente Martín Waserman, gerente de Políticas Públicas y Asuntos de Gobierno para el Cono Sur. Allí se remarcó, entre otras cosas, la necesidad de que los nativos digitales guien a los mayores por el camino de la web, ya que son, junto a los niños, el grupo más susceptible ante los ataques.
Por qué cuidarse
Los números pueden causar pánico: "diariamente identificamos más de 10.000 sitios inseguros e informamos a los usuarios y otras empresas web. Mostramos advertencias en hasta 14 millones de resultados de búsqueda de Google y para 300.000 descargas, diciéndoles a nuestros usuarios que podría haber algo sospechoso detrás de un determinado sitio web o enlace", informó Alma Whitten, directora de Privacidad del gigante de las búsquedas.
Pero con paralizarnos no conseguimos nada: el asunto es prevenir. Para eso, Google actualizó su sitio "Es bueno saberlo", donde dan pistas sobre cómo cuidarse en Internet. A continuación, te acercamos algunos de esos consejos.
1. Las contraseñas. Lo habrás escuchado mil veces, pero nunca está demás: no conviene jamás tener la misma contraseña para todo. "No usamos una misma llave para todas las puertas que abrimos a diario. En Internet, las llaves son las contraseñas, es lo mismo, entonces no podemos tener usa sola", comparó Waserman. Nos juegan en contra las contraseñas cortas u obvias, como el nombre propio o el de alguien muy cercano, el número de teléfono, la dirección, etcétera: son datos que están al alcance de todo el mundo. Entonces, cuando vayás a crear una cuenta, tomate unos minutos en pensar la contraseña. "Escribir tus contraseñas no es una mala idea. Pero si lo hacés, no dejés las notas a la vista, en tu computadora o en el escritorio", recomienda Google. Lo mismo con las preguntas secretas: inspirate y escribí frases que sólo vos sepás.
2. Aprovechá los medios de seguridad de las plataformas. Google, Facebook, Twitter, Hotmail, ectétera, son plataformas por las que circula tu información. Cada una de ellas tiene su propia política de privacidad y herramientas de seguridad. Leé esas políticas; todos sabemos que, en general, le damos al "sí, acepto" sin mirar, pero dentro de esos textos hay datos para saber cómo funciona y qué hace cada plataforma para cuidarte.
3. El equipo limpio. Es impensable entrar a Internet sin un buen antivirus, así como un explorador web y un sistema operativo actualizados. Si no están activadas las actualizaciones automáticas te conviene activarlas o bien recordar periódicamente que tenés que chequear el estado. Los equipos vulnerables están entre las primeras causas de ataques cibernéticos, por lo que es necesario ajustar las clavijas en este punto.
4. Evitar el robo de identidad. De algún modo, todo lo anterior apunta a que no te roben tu identidad en la web, pero todavía hay más consejos. Con tus datos personales, los cibercriminales pueden tener acceso a tus cuentas bancarias, información financiera, consumos, movimientos, etcétera. La ley de oro es nunca mandar datos personales a través de sitios que no conozcás o que se te hayan pedido a través de mails de remitentes dudosos. Estos datos incluyen nombres de usuario, contraseñas, números completos de tarjetas de crédito, apellido de soltera de tu madre, tu cumpleaños, entre otros. Nunca ingresés tu contraseña cuando llegués a un sitio mediante un vínculo en un correo electrónico o chat en el que no confiás, ni envíes tus contraseñas por mail. Finalmente, informá acerca de correos electrónicos sospechosos y trampas: los responsables del sitio sabrán qué hacer.