CIUDAD DEL VATICANO.- Benedicto XVI podría modificar las reglas para la elección de su sucesor, admitió ayer el portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, con el objetivo de acelerar el proceso de designación. "El Papa está considerando la publicación de un motu proprio en los próximos días", explicó, refiriéndose a un decreto papal donde se fijan reglas eclesiásticas.
La renuncia al papado se hará efectiva el 28 de este mes. Lombardi consideró que el eventual pronunciamiento papal "aclararía algunos temas específicos", como la cuestión del inicio de la reunión. Las leyes vigentes fueron establecidas por su predecesor, Juan Pablo II; entre otras normas, establecen que deben transcurrir entre 15 y 20 días desde que el cargo queda vacante hasta que el cónclave de elección del Papa comienza, para que los cardenales de todo el mundo puedan llegar a Roma.
Dado que usualmente un papado acaba con la muerte del pontífice, el plazo es empleado en los cortejos fúnebres; en este caso no ocurrirá porque es una renuncia. Las especulaciones apuntan a que la reunión se adelante y empiece antes del 15 de marzo, previsto originalmente.
Los prelados ya han comenzado las consultas informales por teléfono y por correo electrónico, para definir el perfil de quien estaría mejor calificado para encabezar la Iglesia Católica en un período de constante crisis.
El foco de la decisión estaría centrado en la edad del candidato, su nacionalidad y las cualidades que puede aportar al cargo. "El tema principal es si queremos un papado más largo o no", comentó el cardenal Kurt Koch, quien admitió que podía "imaginar un Papa latinoamericano o africano". El cardenal Theodore McCarrick, arzobispo retirado de Washington y que no participará del cónclave, pidió que el nuevo Papa sea capaz de comunicar el mensaje de la Iglesia a las nuevas generaciones: "no necesitamos una estrella de rock, pero sí alguien que pueda hablar a los jóvenes y que sea capaz de mantener bien las cosas en casa".
En EEUU circula una petición para que el cardenal Roger Mahony, vinculado al encubrimiento de sacerdotes acusados de abusar niños, no participe del cónclave. El historiador vaticano, Ambrogio Piazzoni, señaló que no hay precedentes de cardenales que se hayan retirado voluntariamente de la elección, salvo por problemas de salud o porque no hubiesen podido viajar a Roma. (Reuters-DPA)