Que el clásico por la Copa Argentina se juegue el 6 de marzo en el Monumental de 25 de Mayo y Chile es sólo una parte de la historia. La otra, la que pocos conocen, es que los directivos de Atlético y de San Martín se quedaron con las ganas de adquirir el espectáculo para embolsar la recaudación del duelo que tanto interés genera en estas tierras.
Fue un día agitado. Lleno de reuniones, de comunicaciones y de mensajes de texto. Alex Ganly, representante de Santa Mónica, se presentó en la provincia. Su primera parada fue la Casa de Gobierno, donde fue recibido por Jorge Gassenbauer, Ministro de Seguridad. De allí, el ejecutivo se trasladó al estadio de Atlético para conocerlo y confirmar, después de haber escuchado todas las recomendaciones de los responsables de Seguridad, que allí se disputaría el clásico.
En un restaurante de esta capital, Ganly, de boca de Mario Leito, recibió una pregunta que lo dejó perplejo. Palabras más, palabras menos, le consultó el precio del encuentro. Su idea, con las de los directivos "santos" que no participaron del almuerzo, era comprar el partido y repartir las ganancias entre ambos clubes. La cotización, según confió una alta fuente, fue elevada. Asustó tanto que las conversaciones terminaron rápidamente. Sólo quedó el borrador del contrato en el que se establece que el encuentro se disputará en el Monumental, que la recaudación será para Santa Mónica y que el operativo de seguridad estará a cargo del Gobierno de la provincia. Y, por como viene la mano, es muy poco probable que tenga algún cambio cuando se lo firme hoy.
La ausencia de los directivos de La Ciudadela volvió a causar sorpresa. Hace una semana, cuando Gassenbauer citó a los popes de ambos clubes, estuvo toda la cúpula "decana", mientras que el "santo", fue representado por Esteban Ditinis, dirigente de segunda línea. "No sólo lo invitamos a participar, sino que después pedimos a las otras partes que, por respeto, le avisaran lo que se había resuelto", aclaró Leito. "Me llamaron a las 18 para decirme que estaban reunidos en Casa de Gobierno. No fuimos porque nos parecía que ya estaba todo definido", explicó Gustavo Rea, vicepresidente de San Martín.
Pero más allá de esta polémica, hay otros detalles que deben resolverse cuanto antes. Confirmado el escenario, resta saber qué cantidad de entradas le corresponderá a cada equipo. Desde Santa Mónica propusieron que sea mitad para cada club, pero que si los visitantes -en este caso San Martín- no compraran todas, la destinarían a los de Atlético.
Los directivos "decanos" le avisaron que operativamente ese punto es imposible de cumplir, ya que no habrá tiempo para acondicionar el estadio. Sí propusieron cederle toda la tribuna de la calle Bolivia -con el codo incluido- y hacer el pulmón por Laprida, restándoles espacio a los hinchas de Atlético. También desestimaron, porque consideran peligroso, que la parcialidad "santa" se ubique en las gradas de calle Chile.
Ese es sólo uno de los tantos temas que deben resolverse en menos de dos semanas. Los hinchas ahora quieren saber en qué horario se jugará el clásico -lo más probable es que sea por la noche-, cuáles serán los costos de las entradas y, fundamentalmente, las medidas de seguridad que se tomarán para que la fiesta sea completa.